Los bivouacs, los campamentos nómadas del desierto.,El otro lado del Dakar,El otro lado del Dakar, Isabel Carreño El Rally Dakar es la competencia más dura del planeta, pero no solo para los competidores sino también para todos los que hacen posible su realización, los equipos detrás de los pilotos y la prensa. Desde Argentina, pasando por Chile hasta llegar al Perú, la caravana del desierto se movilizó permanentemente, en cada punto se instalaron los llamados bivouacs. Estos son campamentos itinerantes que en los casi 15 días que duran las catorce etapas del Dakar albergan a más de 2800 personas, entre pilotos, copilotos, equipos mecánicos, prensa permanente, organización y logística. El día en el bivouac empieza muy temprano en el campamento anterior, los pilotos salen hacia el siguiente tramo de la competencia y los equipos mecánicos enrumban al siguiente campamento. Mientras la etapa está en desarrollo, más de mil vehículos se movilizan al nuevo punto de carrera. Al llegar se delimita la zona del equipo, se preparan para la llegada de los pilotos y sus máquinas. Con el arribo de estos, dejan los vehículos para ser revisados y reparados, instalan las carpas donde pasarán la noche, algunos se van directo al comedor o ducha y otros prefieren descansar o atender a la prensa de diferentes partes del planeta que ‘vive’ en los bivouacs. Los vehículos de competencia no dejan de llegar durante la tarde y, a veces, si han tenido problemas, muchos pilotos pasan la noche en el desierto y arriban al campamento por la mañana. Los participantes tienen para llegar al campamento hasta 60 minutos antes de la partida del siguiente especial, si no son descalificados, es decir, apenas ingresan al campamento, deben usar el poco tiempo que les queda para hacer lo necesario y salir de nuevo a la siguiente etapa. Por su parte los equipos mecánicos revisan los vehículos. Los trabajos se pueden extender hasta la madrugada. En el Dakar en estos bivouacs el promedio de sueño es de cuatro horas. Además, la gran mayoría de los dakarianos duermen en carpas, los pilotos de punta con mayor presupuesto duermen en ‘casas rodantes’ muy bien equipadas o pasan la noche en hoteles. En Perú, la organización preparó cuatro bivouacs ubicados en Arequipa para coches, Camaná para motos, también uno en Pisco y otro en Nazca, todos fueron armados y equipados con una semana o más de anticipación. Estos campamentos tienen diversos sectores: para la asistencia mecánica de los equipos, la sala de prensa para periodistas permanentes, el área VIP, la zona del comedor, servicios higiénicos, la carpa médica, una fogata, y el ‘stand’ de la marca país.