Dirigentes de todo el arco político francés y el sector agropecuario se movilizan con una excepcional unanimidad contra la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente.
La Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE) parece decidida a firmar antes de fin de año un acuerdo de libre comercio con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia), contra el parecer de Francia, que lo rechaza en los términos actualmente planteados.
El primer ministro francés, Michel Barnier, debe viajar este miércoles a Bruselas, sede del ejecutivo comunitario, para defender la posición de su país.
Antes de partir, reiteró durante una reunión de gabinete "la absoluta oposición del gobierno a un tratado que pondría en peligro a nuestros ganaderos", informó la portavoz gubernamental, Maud Bregeon.
El martes, más de 600 parlamentarios franceses (diputados, senadores y diputados europeos) escribieron a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para afirmar su oposición al tratado.
Menos de un año después de una movilización histórica de los agricultores en Francia, con bloqueos de carreteras, los sindicatos del sector están convocando manifestaciones de nuevo.
Los agricultores, que siguen denunciando la burocracia y los bajos ingresos, están enfurecidos por las malas cosechas, las pérdidas relacionadas a las enfermedades de animales emergentes y la perspectiva de una firma del acuerdo con el Mercosur.
Por la mañana, la alianza sindical agrícola mayoritaria formada por la FNSEA y los Jóvenes Agricultores (JA) lanzó un llamamiento a una movilización nacional de agricultores "a partir del lunes" 18 de noviembre.
Principalmente, quieren "hacer oír [...] la voz de Francia" durante el "G20 en Brasil", en un momento en el que con su oposición a este acuerdo el país se ha quedado más bien aislado en la escena europea.
"Europa no debe convertirse en un colador y no puede importar productos que no respetan ninguna de nuestras normas", declaró a la radio France Inter el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau, antes de una rueda de prensa por la tarde en la que debe dar detalles de las acciones previstas.
"Nuestro objetivo no son las autopistas", precisó y añadió que tampoco es "bloquear" ni "matar de hambre" a Francia.
Los sindicatos mayoritarios rechazan el acuerdo con el Mercosur, argumentando que los franceses encontrarían en sus platos más productos que dicen no querer: cultivados con pesticidas prohibidos en la UE y criados con antibióticos que activan el crecimiento.
El resto de sindicatos dirigen sus propias acciones, sin alinearse totalmente con la agenda de FNSEA/JA.
La Coordinación Rural, segundo sindicato representativo, promete "una revuelta agrícola" a partir del 19 de noviembre", con un "bloqueo del transporte de alimentos".
Por su parte, el sindicato minoritario Confederación Paisana participó el miércoles en varias manifestaciones contra el Mercosur, en solitario o con otras organizaciones, en Bruselas, París y en Aveyron, en el sur.
Los activistas se congregaron principalmente delante del McDonald's de Millau, en Aveyron, que fue "desmontado" por miembros de la Confederación en 1999, en una acción que quedó como un símbolo de la lucha campesina antiglobalización.
"El objetivo también era salir un poco antes que los otros sindicatos para desmarcarse y decir que no estamos contra las normas sino contra el libre comercio y que lo estamos desde hace 25 años", explicó a AFP Sascha Vue, coportavoz de la Confederación Paisana en Aveyron.
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