Papers, please: el simulador de trabajo en un país inspirado en la Unión Soviética
Uno de los pocos juegos indie que sigue recomendándose casi una década después de su lanzamiento y que difícilmente se puede catalogar en un género específico.
Desde hace mucho que en el mundo de los videojuegos —a partir de la aparición del mercado indie, y de la notable variedad que se ha generado en los últimos años— se ha hecho común presentar ‘simuladores’ de cosas que no son del todo divertidas en la vida real, y que incluso pueden llegar a ser muy pesadas. Términos como ‘simuladores de estrés’ se han hecho comunes para títulos que, de una u otra manera, nos ponen en el rol de un empleado que debe cumplir una labor específica, ya sea cocinero, camarero, alcalde y demás. Hoy te hablaremos de Papers, please, uno de los ejemplos más particulares de esta tendencia y que definitivamente destaca de muchos otros.
Papers, please: simulador de trabajo en oficina de migraciones
A diferencia de algunos otros títulos en los que se nos pide ser un simple empleado, en Papers, please, nuestro papel se irá afectando poco a poco por la carga laboral y atmosférica que enfrentaremos.
Este juego tiene una premisa muy simple: somos ciudadanos de un país ficticio (que está muy inspirado en la URSS) en la que hemos sido elegidos por la lotería de trabajo del Gobierno, ganando así un puesto fronterizo del ministerio de admisiones.
Sellar y admitir personas, todo el día
Nuestra labor puede parecer simple y muy aburrida al inicio, pero pronto, el conjunto de elementos y las exigencias en aumento nos harán experimentar cómo sería trabajar en una situación similar de una manera muy sutil.
Nuestra labor será simple: admitir o rechazar solicitud de entrada al país según lo dictado por el gobierno. Foto: Lucas Pope
El rol consiste en admitir o rechazar el pase de extranjeros que llegan de otros países a Arstotzka, el país ficticio en el que estamos. Poco a poco, los parámetros del propio gobierno irán cambiando, y habrá muchos intentos de engañarnos y dificultades, incluso ataques terroristas.
Claustrofobia y trabajo bajo presión
Lo que es peor, cada día se nos hará un recuento de lo que hemos logrado ganar gracias a nuestro trabajo, o mejor dicho, al número de personas procesadas y la cantidad de errores que hemos podido evitar. Si no damos una buena performance, no recibiremos la paga necesaria para mantener a nuestra familia y podríamos terminar encarcelados.
El claustrofóbico espacio de trabajo en Papers, please. Foto: Lucas Pope
Sin embargo, el elemento más sutil de Papers, please es sin lugar a dudas su simple, pero efectiva interfaz donde se nos pide realizar todo el papeleo. Esta apenas ocupa la mitad de la pantalla y consta de un escritorio donde podremos colocar todo documento, reglamento y demás para dilucidar si admitir o no a una persona. El reducido espacio y la atmósfera fría y áspera, crean un ambiente claustrofóbico que logra un auténtico efecto en nosotros, que iremos experimentado poco a poco.
Un ejemplo de diseño
Estas son seguramente las razones por las que Papers, please ha sido tan celebrado mundialmente desde su lanzamiento en 2013. A pesar de que se trata de un título muy simple y con gráficos bastante elementales, su jugabilidad ha destacado en toda la industria y casi no hay algún título similar en el mercado. Su creador, Lucas Pope, lo ha catalogado como un “thriller de documentos distópico”.
Es muy analizado hasta el día de hoy por canales de YouTube y suele generar reflexiones tanto para el diseño de videojuegos, como con temas sociales y concisos como la “moralidad en la repetición”. Si quieres darle una oportunidad y comprobarlo por ti mismo, puedes adquirirlo en Steam a través de este enlace: