Pocas bandas en el extraño escenario rockero local lograron en tan poco tiempo la luz y la hinchada que Dolores Delirio apuntaló desde su debut hace 14 años, como una ola refrescante en un panorama sobre el que la bandera del hardcore punk ondeaba unívoca. Con la voz de Luis Sanguinetti, una nueva etapa en su carrera que ni el VIH pudo tumbar. Hans Huerto. Pocas bandas en el extraño escenario rockero local lograron en tan poco tiempo la luz y la hinchada que Dolores Delirio apuntaló desde su debut hace 14 años, como una ola refrescante en un panorama sobre el que la bandera del hardcore punk ondeaba unívoca. Hoy sin su icónico Ricardo Breneissen en el micrófono, pero con la voz Luis Sanguinetti, Dolores rompe su silencio discográfico de ocho años con Plástico Divino, una placa con texturas electrónicas innegables, pero con la misma alma angustiada de su último Raíz, del año 2000. "En esa etapa, la banda entró en crisis de relaciones de trabajo y personales. A partir de ahí, hemos estado yendo y viniendo, tratando de curar heridas (hicieron hasta cinco conciertos de despedida)", señala Josué Vásquez, baterista de Dolores. "Cuando decidimos cambiar la voz del grupo, sabíamos que esto implicaba un shock para la gente que nos sigue y que incluso han formado comunidades en internet", precisa Vásquez, consciente de que en su anterior etapa, la banda sufrió de un exceso de confianza que los mató. Hoy recuerda cómo sucedió todo muy rápido, desde que entró en circulación en circuito under el demo de Dolores, Embrión, en marzo del 94 e iniciaron una seguidilla de presentaciones. La placa de 10 canciones que sale a la venta el 28 marzo es también el retorno a la escena de Sanguinetti, ex bajista de Leusemia: "Cuando me uní a la banda, ya la música de este disco estaba hecha, así que mi trabajo ha sido escribir las letras. Después de haber escuchado su trabajo, es un honor tocar con ellos". Sanguinetti recuerda que en 1997, cantó por unos meses en Dolores, pero prefirió seguir con Daniel F: "Si hubiera sabido...", bromea. Y es que su salida de Leusemia fue controversial, pues el líder del grupo, en 2004, la anunció junto a la revelación de que Sanguinetti era portador del VIH. Ello no ha impedido que el ex bajista la emprenda de nuevo en la música: "Precisamente de eso conversaba con la madre de mi hija. A ella le gusta la banda Virus y la pasión con que se entregaba Federico Moura (el cantante) a pesar de saber que vivía con este bicho adentro (VIH). Mis ganas de vivir siguen intactas. Si sigo tan tranquilo como antes de saber que tenía VIH no es por los antirretrovirales. Me siento bien porque sigo con la música. No tengo que alcanzar fama o dinero. Yo me proyecté desde pequeño el estar en una banda de rock. Me parece una buena receta para mucha gente que padece de alguna enfermedad terminal, hasta a veces me olvido de que vivo con ella". EL DATO En escena. Dolores Delirio presenta en sociedad Plástico Divino este sábado 22 de marzo, en La Noche de Barranco, a partir de las 10 pm.