Iván Rodríguez: “Crear más universidades no soluciona el problema, deben ser pocas, pero fuertes”

El rector Iván Rodríguez explica por qué una universidad pública peruana no figura en el ranking latinoamericano y por qué no se debe crear más universidades. Señala las condiciones en que se desenvuelven las universidades del primer mundo, pero también pone como ejemplo el caso de la Universidad Autónoma de México.

—Hace siete años, la Universidad Ricardo Palma recibió de Sunedu su licencia de funcionamiento. El próximo año deberá renovar su autorización. ¿Están listos para la evaluación?

—Estamos cuidando mucho el servicio de calidad. Siempre estamos aplicando indicadores académicos y también complementarios que vienen a ser los administrativos. Como dice la doctrina de la calidad, estamos en mejora continua. Evoluciona la ciencia, la técnica y todo eso lo ponemos en práctica.

—De los aspectos que se van a evaluar, ¿cuál es el que demanda mayor trabajo e inversión?

—Es un todo, porque ahora el trabajo de la enseñanza-aprendizaje implica de manera inevitable la tecnología. Eso significa una inversión permanente. En la universidad tenemos más de dos mil computadoras, pero tienen una vida útil corta. En laboratorio y equipos hay una inversión fuerte y permanente. Aparte, hay inversiones en infraestructura y remuneraciones—.

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—¿Qué falta para que una universidad peruana esté entre las mejores de América Latina, que actualmente encabeza la Universidad Católica de Chile?

—El problema de la universidad peruana en relación a las universidades del mundo se explica por la cuestión económica y financiera. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene de presupuesto millones de dólares y a San Marcos con las justas le dan 500 millones de soles. La investigación no es una cuestión de producir intelectualmente sin costo, la investigación cuesta. Por eso es que las universidades nacionales no pueden estar al compás del desarrollo de la ciencia y la tecnología del primer mundo.

—Debemos aspirar a que nuestras universidades sean verdaderas ciudades universitarias.

—La UNAM tiene una ciudad universitaria como existe en Estados Unidos, en el primer mundo. Nosotros solo tenemos campus, unos más grandes que otros. Todas las universidades del primer mundo tienen vivienda para profesores y vivienda para alumnos. El investigador dispone de los laboratorios las 24 horas del día y todos los días del año. En nuestro medio el laboratorio se usa mediante horario.

—Eso implica inversión.

—En Estados Unidos hay una exoneración y un estímulo tributario para las empresas donantes. Aquí había empresas que daban becas a los hijos de sus trabajadores y querían el certificado de donación, pero por las regulaciones legales del país esas inversiones no son consideradas como gasto.

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—¿Considera que el Perú necesita más universidades? El Congreso acaba de aprobar varias propuestas.

—Hacer que la universidad sirva mejor al país no es asunto de poner infinidad de universidades. Cada universidad que se crea es simplemente un destinatario al que se le tiene que dar un monto de dinero que no varía. Los países desarrollados no son partidarios de crear universidades en cantidad porque lleva a la improvisación del magisterio universitario, de dónde se saca profesores idóneamente preparados; además, para que los nuevos lleguen a destacar tiene que pasar muchos años. En conclusión, la creación de más universidades no mejora ni soluciona el problema. Debemos tener pocas universidades, pero fuertes.

—La Universidad Ricardo Palma ha cumplido 54 años de creación. ¿Cuál es su principal aporte?

—Su aporte tiene que ver con la formación de profesionales. Entregar a la sociedad generaciones nuevas que son un oxígeno en el país. Pero hay otros aportes que no siempre son estimados por la sociedad y el Estado. Hay programas de arqueología de alto nivel, pero a quién le interesa. Nosotros hemos estado publicando libros como Las etnias en el imperio incaico, del doctor Valdemar Espinoza que es una radiografía de la sociedad andina al momento de la llegada de los españoles. Libros que son más valorizados en universidades y centros de investigación del exterior.

—Entonces, ¿qué hacen para difundir sus publicaciones?

—Tenemos que conformarnos con que algunos pocos puedan entender y valorar este trabajo. Generalmente las difundimos en las ferias de libros, en reuniones universitarias, pero se van quedando en el uso de la gente que se mueve dentro de la especialidad. Pero seguimos trabajando dentro de las posibilidades.

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—Las universidades también son consideradas centros de debate político y social. ¿Esta actividad se da en la Universidad Ricardo Palma?

—Claro, lo hacemos como debe de ser. En nuestra universidad la política se ve como ciencia, porque lo demás podría entrar en una zona de peligro en que se crea que la universidad está comprometida con algún partido. Entonces, cuando se hacen actividades de política actuante siempre se procura hacer conversatorios con diferentes grupos políticos, no en torno a sus programas, porque hay poco que resaltar ahí, sino sobre las ideas políticas.

—En estas cinco décadas han tenido exalumnos ilustres, seguramente.

—Si, los que están muy bien ubicados en el exterior y aquí mismo. Tenemos exalumnos que han sido ministros, viceministros, alcaldes, funcionarios que han ocupado altas direcciones. También están destacados profesores que ahora enseñan en las facultades de Arquitectura de otras universidades. Hay gente destacada en biología, en medicina trabajando en el mundo.

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