Mafias extorsionan a trabajadoras sexuales con cobro de cupos y las amenazan de muerte
Un grupo de ciudadanos amenazan de muerte a trabajadoras sexuales si es que se niegan a pagar 200 soles por ocupar el espacio público.
La Dinastía Alayón y el Tren de Arangua se encuentran amedrentando a las trabajadoras sexuales extranjeras que llegan hasta las calles cercanas a la plaza Dos de Mayo y el distrito de Lince. Ambos grupos de extorsionadores y asesinos exigen el pago de cupos por ocupar estos lugares, y hasta entran en disputas con otras mujeres para controlar el espacio público.
Según un reportaje de Punto final, tras darse a conocer los asesinatos de dos mujeres en el jirón Zepita, unos mensajes salieron a la luz, en donde se evidencia cómo estas mafias extorsionan a las trabajadoras de esta zona.
“Buenas. Este es otro comunicado a esas mujeres trabajadoras de la plaza Dos de Mayo, av. Alfonso Ugarte. Le habla el Carro de Oriente, en conjunto con el Tren de Aragua, los gallegos y el desastre. A partir de esta semana, nos rendirán cuentas a nosotros. Ya no tendrán nada que ver ni rendirles cuenta a las peruanas. Nosotros las cuidaremos de todo mal. A aquella que se ‘coma la luz’, le traerá consecuencias. Aquella que sea vista subiendo a la casa o abordada por esas peruanas, tendrá consecuencias. La plaza, a partir de esta semana, será 200 soles. A partir de este momento, le trabajan al Tren. Mañana es el día de pago. Aquella que le pague a las peruanas o suba a la casa, nos pagará también a nosotros y, la que se ponga en contra, la agarraremos de ejemplo”, se lee en uno de los mensajes.
Las trabajadoras de Lince también se encuentran viviendo un infierno y con temor salen a laborar, pero todos los días son víctimas de extorsión por parte de otro grupo.
“Buenas, señorita, le habla Histo, de Dinastía Alayón, les mandamos este comunicado para que tengan conocimiento de que estamos tomando todas las páginas top y calles de Lince y San Juan de Lurigancho. Solo queremos que de buena manera copien y peguen la información que les brindamos. Tienen 5 minutos para comunicarse con nosotros. No queremos citarlas una a una y hablar de otra manera y luego se vayan a sentir incómodas. (...) Tienen que pagar una plaza de 200″, dice otro de los textos enviados.