Salud

Depresión, ansiedad y estrés son los efectos psicológicos más comunes en la pandemia

Un nuevo estudio sobre las consecuencias psicológicas originadas por la COVID-19 reveló que en el 46 % de los ensayos analizados figura la depresión, en el 60 % la ansiedad y en el 17 % el estrés y el insomnio.

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La depresión, la ansiedad, el estrés, el insomnio y la sensación de soledad son los efectos psicológicos más habituales originados por la pandemia de la COVID-19, según un estudio liderado por la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas de España.

La investigación se centró en el análisis del impacto psicosocial de la crisis sanitaria por el nuevo coronavirus en la población, mediante la revisión de 58 estudios científicos.

Los resultados arrojaron que en el 46 % de los ensayos figura la depresión, en el 60 % la ansiedad y en el 17 % el estrés y el insomnio, mientras que en el 3 % de los mismos aparece la percepción de soledad.

Con respecto al personal de salud, se concluyó que los síntomas de depresión son ligeramente inferiores a los de la población en general. Sin embargo, los casos de ansiedad aumentaron en este grupo asistencial (67 % de los estudios revisados), mientras que los síntomas de estrés se situaron en 33 %, el insomnio en 29 %, la sensación de soledad en 4 % y el trastorno postraumático en 8 %.

Otro de los hallazgos del estudio señala que las mujeres, los jóvenes y el personal sanitario o personas al cuidado de enfermos tienen más riesgo de sufrir algún efecto psicológico, producto de la pandemia. El análisis también apunta que solo un 2 % de los estudios sobre los efectos psicológicos de la COVID-19 se ha centrado en las personas enfermas.

"Esta circunstancia puede estar relacionada con el hecho de que la prioridad médica con estos enfermos ha sido atacar los efectos físicos que ponían en peligro inminente la vida de los pacientes, mientras que las consecuencias psicológicas han quedado en segundo plano", ha apuntado el investigador de la fundación José A. Muñoz-Moreno.

En el estudio también han participado científicos del Hospital Germans Trias i Pujol, el Instituto Catalán de Oncología (ICO), el instituto de investigación del Sida IrsiCaixa, la Facultad de Medicina de la Universidad de Vic y la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).