Dejó sin efecto ascenso al grado de contralmirante que obtuvo en 2006. Por recomendación de la Marina, que había sido infiltrada por agentes al servicio del propietario de la empresa “Business Track” (BTR). Ángel Páez _El propio mandatario Alan García, quien el 23 de setiembre de 2006 ratificó el ascenso de Elías Ponce Feijóo al grado de contralmirante, suscribió ayer una nueva resolución suprema, pero esta vez para dejar sin efecto la promoción del propietario de “Business Track” (BTR), detenido por dedicarse al espionaje telefónico. Ahora Elías Ponce, amigo del primer vicepresidente de la República, vicealmirante (r) Luis Giampietri Rojas, es un capitán de navío en retiro. Se trata de una degradación de hecho. La resolución presidencial no señala las motivaciones de la revocación del ascenso a contralmirante de Elías Ponce, más conocido como “Chito Ponce”. Sin embargo, fuentes de la Marina indicaron a La República que es una medida ejemplarizadora para quienes se aprovechan de la institución castrense con la finalidad de cometer actos ilícitos. La implicación de Ponce como cabeza de un aparato de inteligencia paralelo al sistema que componen los organismos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, confirmó las sospechas del instituto naval de que el propietario de BTR había infiltrado la Dirección de Inteligencia de la Marina (Dintemar), utilizando incluso a agentes en actividad de dicho organismo. Espías por dentro Estos hombres cumplían una doble función. Por un lado, desarrollaban acciones de espionaje a particulares señalados por Elías Ponce, y por otro, actuaban como infiltrados en la Dintemar para que informasen al propietario de BTR de eventuales operativos en su contra. Ponce sabía perfectamente que en la oficialidad cuestionaban que pretendiera interferir en las labores en la Dintemar, apelando a sus amistades en las altas esferas del Poder Ejecutivo y del Congreso. Como le cerraron las puertas, usó otros métodos. Fuentes vinculadas al equipo policial que participó en el operativo contra “Business Track”, confirmaron que Ponce infiltró la Dintemar. “Los agentes de la Dintemar, Martín Fernández Virhuez y José Ojeda Angles no eran simples individuos que hacían ‘cachuelos’ a Elías Ponce, sino que se trataba de personas de su entera confianza que actuaban a su servicio, tanto en ‘Business Track’ como en la Dirección de Inteligencia de la Marina”, explicaron. “La detención de Fernández y Ojeda ha dejado al descubierto la infiltración de la Dirección de Inteligencia de la Marina por parte de sus propios agentes que actuaban según los intereses de Ponce, propietario de ‘Business Track’. Eso es un hecho indudable”. A la orden, almirante Fuentes de la Marina confirmaron a La República que José Ojeda y Martín Fernández trabajaban en el Departamento de Contrainteligencia de la Dintemar. También admitieron que evalúan la situación del técnico José Casasola Margarito, quien labora en el Departamento de Telecomunicaciones de la Dintemar y que ha sido filmado por la policía ingresando en las instalaciones de la compañía BTR de Elías Ponce. Aparentemente, Casasola también sería parte del entorno del propietario de BTR. Después que en mayo de 2007 salió a la luz el caso de la venta de información clasificada de la Dintemar a empresas privadas de seguridad, la Marina prohibió terminantemente a sus hombres que trabajaran para compañías del sector privado dedicadas a labores de seguridad. Si eso sabía el técnico Casasola, ¿qué hacía en las oficinas de BTR? No era un secreto que Elías Ponce y su empresa BTR mantenían una disputa con la Dintemar. Cuando La República se embarcó en la investigación de la organización de los “chuponeadores” en octubre del año que pasó, fuentes de “Business Track” atribuyeron la grabación de los “petroaudios” al jefe de la Dintemar, contralmirante Pedro García Llaque, en sociedad con su presunto amigo el capitán de fragata (r) Erick del Águila Villar, dueño y gerente de la empresa de seguridad “Andrick Service”. De acuerdo con la versión de BTR, García alquilaba a Del Águila los equipos de interceptación de comunicaciones de la Dintemar. Fuentes de la Marina consultadas por La República rechazaron la versión de BTR y dijeron que más bien se trataba de una maniobra de Elías Ponce para desacreditar a la Dintemar, “porque el contralmirante García Llaque había ordenado a sus hombres que de ninguna manera tuvieran relaciones con la empresa de Ponce ni con ninguna otra, bajo sanción disciplinaria”. Vieja disputa La decisión la tomó también la Marina debido a que sospechaba que Elías Ponce, o los hombres de su entorno, estaban relacionados con la entrega a los medios de comunicación de documentos que supuestamente probaban que agentes de la Dintemar vendían información de inteligencia a las compañías “Andrick Service” y “Grupo Atenea”. En el material filtrado a los medios de comunicación, había correos electrónicos robados de las máquinas de oficiales y técnicos de la Dintemar. “Había que estar dentro de la Dintemar para meterse en las computadoras del personal”, dijeron las fuentes navales. Uno de los sospechosos era José Casasola. Al difundir la prensa este caso, fue destituido el jefe de la Dintemar, contralmirante Luis Felipe Chumbiauca quien, coincidentemente, era un opositor a las actividades de Elías Ponce. La detención de Martín Fernández y José Ojeda confirmó a los altos mandos de la Marina de que Elías Ponce nunca perdonó que le impidieran el acceso a la Dirección de Inteligencia de Marina. “Se buscó a gente de extrema confianza para tenerlos como ‘topos’ dentro de la Dintemar. Ahora estamos buscando a otros”, dijeron las fuentes. El abogado Jorge Prado Ramírez, quien representa a “Business Track”, señaló a este diario que los agentes José Ojeda y Martín Fernández –quienes se han acogido a la confesión sincera y han admitido haber “chuponeado” por órdenes de Ponce– no son empleados de BTR ni tampoco hicieron trabajos para dicha compañía. “Ningún documento acredita que esos señores cumplieron funciones en la empresa”, manifestó Prado. Sin embargo, Prado dijo que tenía conocimiento de que el propietario de BTR, conocía a Ojeda y Fernández. “Tengo entendido que eran parte de su entorno personal”, dijo. El abogado defensor afirmó que BTR no se dedicaba al espionaje y que tiene contratos vigentes con grandes corporaciones privadas. Precisiones RECULA. El agente de inteligencia naval Martín Fernández Vírhuez, quien había confesado a las autoridades que intervino en el espionaje telefónico a Rómulo León Alegría, dijo a las autoridades que había decidido desistir de su solicitud de acogerse a la colaboración sincera. EXTRAÑO. Para los investigadores del caso, la actitud de Fernández respondería a una estrategia que adoptaría la mayoría de detenidos, encabezada por Ponce. Cementera “chuponeada” es Otorongo El agente de inteligencia naval Martín Fernández Vírhuez confirmó que la interceptación telefónica a la empresa de cementos Otorongo fue una operación solicitada directamente por el contralmirante Elías Ponce Feijóo, en diciembre del 2008: el número 2423636, asignado a Malecón Cisneros 428, piso 1002, Miraflores. Fernández confirmó también que parte de los audios encontrados en dos dispositivos de almacenamiento (USB) corresponden a ese número. De acuerdo con la versión del marino, las escuchas a esta empresa cementera fueron realizadas entre diciembre y prosiguieron hasta los primeros días de enero de este año, pocos días antes de que la organización fuera desarticulada. En 2007, Otorongo fue comprada por una empresa portuguesa y anunció grandes inversiones en Perú. El gerente general de Otorongo, Enrique Paredes Chirinos, dijo a La República que no tenía conocimiento de que su teléfono era espiado. El abogado de Business Track, Jorge Prado, confirmó que esta firma habilitaba un Sistema de Gestión de Seguridad de Información (SGSI) a la corporación Cementos Lima.