Apra y Fujimorismo intentan desactivar al Equipo Especial vacando a Vizcarra, señaló Cesar Hildebrandt
Fuerza Popular y Apra tiene como estrategia “librarse del presidente” Martín Vizcarra para conseguir “la extirpación" del equipo de fiscales que investigan los coimas de Odebrecht a políticos y funcionarios, asegura César Hildebrandt.
Tanto fujimorismo como el Apra intentan conseguir la vacancia del presidente de la República, Martín Vizcarra, para “aupar a Mercedes Aráóz a la presidencia y desactivar al equipo especial para el caso Lava Jato”, señaló el periodista César Hildebrandt en su columna semanal en Hildebrandt en sus Trece.
El elemento para impulsar la destitución del jefe del Estado sería la adenda del proyecto Chinchero, que volvería a ser materia de una investigación penal que compromete a Vizcarra por su accionar cuando fue ministro de Transporte, sostuvo el periodista.
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“Al fujimorismo se le va la vida en este operativo”, afirma Hildebrandt en el citado semanario. Sin embargo, aunque reconoce que el presidente “nos debe una explicación, es cierto [...] nada de lo dicho puede ser causal de vacancia presidencial”.
“No hablamos de políticos sino de delincuentes avezados”, sostiene el periodista.
Hildebrandt señala que “estos dos partidos del patíbulo, estas dos mafias irreductibles", han tomado la decisión de “librarse del presidente” para, en el caso del fujimorismo, “evitar la cárcel de sus dirigentes”, lo cual sería inevitable, a su parecer, “si las investigaciones fiscales” que encabeza el Equipo Especial para el caso Lava Jato, integrado por los fiscales Rafael Vela, José Domingo Pérez, Geovanna Mori, Germán Juárez Atoche y Carlos Puma, “prosiguen como es debido”.
En el caso del Apra, el periodista sostiene que el partido fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre “también gana algo en relación a su prontuario".
Esta ganancia, según Hildebrandt, sería “la extirpación del equipo Lava Jato”, lo cual, asegura, “conduciría al cierre absoluto de todas las pesquisas sobre coimas, licitaciones digitadas y lavado de dinero que ya han llevado a la cárcel a varios funcionarios del segundo (y corrupto) alanismo”.
“Frente a esta auténtica conspiración en marcha, el único camino es el de la denuncia y la movilización popular”, concluye Hildebrandt en su columna.