"Puede fortalecer su mano con algunas mejores condiciones, pero de ninguna manera puede retroceder, como le están pidiendo algunos sectores". ,La disputa en torno del acuerdo de colaboración con Odebrecht se veía venir. Hacer concesiones a cambio de confesiones acompañadas de pruebas es un tipo de transacción que no puede satisfacer a todo el mundo. Pues unos solo quieren ver las concesiones, y otros solo quieren ver la colaboración. Pocos se fijan en el término medio. Que el documento fiscalía-Odebrecht recién filtrado en parte sea preliminar no ayuda, pues convierte la llegada a un acuerdo final en un debate público. En esa medida, entonces, es un generador de descontentos y reclamos de explicación detallada. Lo cual de ningún modo era el propósito original. A todo esto se tiene que haber referido el fiscal Domingo Pérez al decir que la filtración plantea un riesgo de obstaculización, pero no ve un problema serio en el asunto. Aun así, sostiene que el acuerdo se dará de todas maneras, debemos suponer que básicamente de la manera en que aparece en el documento filtrado. Sin embargo los efectos posibles de lo que acaba de suceder son varios. Sobre todo se puede formar una fuerte corriente de opinión reclamando términos mucho más duros frente a Odebrecht, en un grado que bloquearía el acuerdo. No es difícil intuir allí el surgimiento de un argumento nacionalista. El otro efecto puede ser la sensación de que un exceso en las concesiones (si fuera el caso) les daría a los representantes de la justicia peruana manija para influir en las declaraciones de los brasileños. Pero a la vez conceder poco podría hacer que Odebrecht se guarde parte de sus secretos para una nueva oportunidad. Un argumento fuerte a favor de un acuerdo con Odebrecht ha sido que otros países han llegado, incluso expeditivamente, a similares acuerdos. Pero la densidad y el alto perfil políticos vuelven a la situación peruana poco similar. Como si el futuro político del país dependiera de los resultados del acuerdo. En cualquier caso a la fiscalía no le queda otro camino que seguir adelante con lo que ya ha comenzado. Puede fortalecer su mano con algunas mejores condiciones, pero de ninguna manera puede retroceder, como le están pidiendo algunos sectores. Si Odebrecht todavía tiene algo que decir, debemos oírlo. Aunque sea con un grano de sal.