“Políticamente hablando, aquí hay alguien que da la impresión de estar ensayando hacer acrobacias sin el debido entrenamiento”. ,¿Qué está haciendo Rosa Bartra? El resto de su partido trata de hacer control del daño con declaraciones que buscan ser razonables, o simplemente guarda cauteloso silencio. Pero Bartra promueve una actitud de tipo no pasa nada. Como si para ella la mejor defensa en esta hora fuera el desafío. Los viciosos del rating están encantados. Su referencia a un retorno de Fuerza Popular de generaciones de fujimoristas al Congreso 2021 es uno de esos planteamientos a los que es difícil encontrarles explicación en esta coyuntura. ¿Está anunciando una inminente desaparición de la actual bancada? ¿Está lanzando la próxima campaña electoral FP desde ahora? Su declaración sobre que “Salaverry debería quitarse las rodilleras” no ha sido una ofensa (“en todo caso se puede discutir de qué se trató”) va por el mismo camino de lo inexplicable. Es bastante claro que la infeliz frase es uno de los factores que precipitó la nueva sangría de congresistas de FP. Debemos entender que ahora Bartra está viendo rodilleras en todos los congresistas que están dejando la bancada FP. ¿Les va a pedir que se las quiten? A pesar de la pérdida de la mayoría para censurar a Salaverry, hablar de desbande “le parece mucho”. Pero no nos está diciendo la palabra adecuada para lo que viene sucediendo. Otra deliciosa declaración de Bartra: que en FP ya habían decidido antes del referendo lo de la no reelección de congresistas. De ser cierto, ¿cuál era la lógica de esa posición? Suena como una efectiva carta de despido a la propia bancada, y al Congreso mismo. ¿Cuándo pensaban comunicársela a los afectados? Alguien por allí ha dicho que Bartra está buscando reemplazar a Carlos Tubino como vocera de FP. Eso explicaría el duelo de titanes que estamos presenciando en los medios. En ambos casos hay, efectivamente, un desafío al sentido común político. Pero Tubino sabe retroceder con alguna gracia, que no es el caso de Bartra. Políticamente hablando, aquí hay alguien que da la impresión de estar ensayando hacer acrobacias sin el debido entrenamiento. Sus divagaciones de comienzos de mes equiparando lo ético con lo legal son una buena prueba de eso. Una versión superlativa del dicho según el cual quien mucho habla mucho yerra.