Mucho tendrá que ver la dinámica de sus opositores más empecinados, que son los que han producido el éxito del referendo.,Las circunstancias han hecho que la consulta del domingo haya sido un voto plebiscitario a favor de la política y la persona de Martín Vizcarra. A esto hay que añadir la salvedad de que también fue un voto en contra de una mayoría parlamentaria desa-creditada, y por extensión contra todo el Congreso. Es de suponer que el Congreso y su mayoría no van a recuperar prestigio en un buen tiempo. La pregunta entonces es cuánto va a durar el enorme aumento en la fuerza de Vizcarra obtenido gracias al referendo. No hay una respuesta exacta para eso, solo la idea que dos años y medio de gobierno inevitablemente producirán desgaste. Mucho tendrá que ver la dinámica de sus opositores más empecinados, que son los que han producido el éxito del referendo. Si se sigue manteniendo el uso de los votos parlamentarios para dificultar hasta lo imposible la tarea de gobierno, Vizcarra podrá moverse con viento a favor, y la confrontación contrapesará sus limitaciones. Luego está la pregunta sobre por cuánto tiempo el 80%+ que apoyó a Vizcarra en la realización del referendo mismo y en los cuatro puntos de la consulta seguirá emocionalmente alineado con el oficialismo. Los críticos más duros de Vizcarra están suponiendo que el apoyo será por mucho tiempo, y muy intenso. Esto último lleva a muchos de esos críticos a imaginar el nacimiento de un caudillo con márgenes de popularidad suficientes como para practicar formas de autoritarismo. Como si hubiera ganado una elección presidencial con un insólito 80%. Se menciona que ya antes de la consulta su aprobación superaba el 65%. Pero debajo de la alta aprobación hay un hervidero de expectativas y de reclamos, muchos de ellos difíciles de satisfacer. Puede desarrollarse incluso la idea de que el ganador del referendo puede resolverlo todo, y satisfacer a todos los sectores. En otras palabras, esa avalancha de votos va a ir siendo cobrada de diversas maneras. La otra carta de Vizcarra para mantenerse en la cresta de la ola es la anticorrupción, y ese bono político puede ser duradero. Si el acuerdo con Odebrecht es todo lo que se dice de él, entonces este recurso tiene para rato.