Asumiendo que Haddad ya tiene los votos para la segunda vuelta, lo que va a necesitar a partir del día siete son alianzas.,¿Cuán endosable es el voto de un Lula impedido de candidatear? La incógnita se resolverá en las casi tres semanas que llevan a las elecciones generales brasileñas. Por lo pronto Fernando Haddad viene subiendo a buen ritmo desde que fue designado su reemplazante como candidato del Partido de los Trabajadores, PT. Falta saber ahora hasta dónde lo puede llevar este buen ritmo. Es decir si puede instalarlo en la segunda vuelta, para lo cual compite con Ciro Gomes, del centro-izquierdista PDT, al cual pasó a comienzos de mes. Una encuesta reciente lo ubica dos puntos por encima de Gomes, pero todavía a considerable distancia del puntero Jair Bolsonaro, del derechista PSL. El transvase de votos: de tener casi nada en julio, Haddad pasó a 13% el pasado día 14. Dos días más tarde había pasado a 16% de intención de voto, e incluso un poquito más en algunos sondeos. Todo sugiere que el lugar de este ex alcalde de Sao Paulo en la segunda vuelta el 28 de octubre está asegurado, en un virtual empate con Bolsonaro. Bolsonaro ha entendido el peligro, y ha empezado a decir que un triunfo de Haddad traería un instantáneo indulto para Lula, e incluso un puesto ministerial. Pero nada de esto conmueve a los seguidores de Lula, cuya votación pre-Haddad a comienzos de este mes era 37%. Lo cual indica que Haddad todavía tiene espacio para seguir creciendo en los próximos días. Asumiendo que Haddad ya tiene los votos para la segunda vuelta, lo que va a necesitar a partir del día siete son alianzas. La empresa Datafolha muestra que para Bolsonaro competir con los candidatos más al centro (Gomes, Geraldo Alckmin, Marina Silva) sería una derrota segura, y que solo frente a Haddad tendría la extrema derecha una oportunidad de llegar a la presidencia. Una ventaja de Haddad es que efectivamente se encuentra levemente a la derecha de Lula, algo que ha demostrado en su gestión paulista y en sus declaraciones. Así, ha dicho que “el ambiente en Venezuela no es democrático, pero el nuestro tampoco lo es tanto. Tuvimos un golpe aquí también, un golpe parlamentario”. Un mensaje directo al gobierno actual.