El Congreso tiene 7% de aprobación. La legitimidad no es un cheque en blanco que se gira cada cinco años: esta debe cultivarse.,“¿Cuántos años tiene, diez años, once añitos? [...] ¿Pero está desflorada? [...] Ya, pero ¿quién le ha hecho eso? [...] Ya, yo voy a pedir el expediente para verlo, ya [...] ¿Qué es lo que quieren, que le bajen la pena o que lo declaren inocente?”. Más de 40 días de que todos escucháramos estas palabras del suspendido juez supremo César Hinostroza Pariachi que ponen de manifiesto la miseria, corrupción y asquerosidades del sistema de justicia nacional, el Congreso no se reúne aún para levantarle las protecciones constitucionales que impiden que la justicia lo investigue, lo procese y se encargue de él. ¿A qué podría deberse que se demoren tanto en un caso simplísimo y flagrante? La Sra. Fujimori tiene hijas, ¿no le da un poquito de asco y pena, no la indigna hasta las lágrimas escuchar a un infeliz traficando la libertad de violadores de niñas? ¿No que iba a luchar contra la corrupción caiga quien caiga y cueste lo que cueste? ¿Nadie en la BanKada le hace ver lo mal que percibe algo como eso la opinión pública que la desaprueba masivamente en un 80%? Hinostroza protagoniza otro audio en el que se habla de una segunda reunión entre él y la “Señora K” de “la Fuerza Número 1”. Luego de hacerse el loco, Hinostroza terminó por reconocer que la “Fuerza Número 1” que se menciona en la conversación es Fuerza Popular (mira tú, quién lo hubiera imaginado) pero que no recuerda quién es la “Señora K”. Como reveló El Comercio, el Congreso se toma más o menos 3 meses (119 días en promedio) para aprobar las iniciativas legislativas del Poder Ejecutivo cuando el plazo que les da su propio reglamento es de 30 días (60 si la iniciativa debe pasar por dos comisiones). Incluso, para discutir el referéndum ofrecido por el presidente Vizcarra a la ciudadanía, la congresista de Fuerza Popular, Úrsula Letona, anunció que les tomará entre 120 y 150 días (4 y 5 meses) en “estudiarlo”. ¿Son siempre tan lentos? No, a veces son velocísimos. La primera moción de vacancia contra el expresidente Pedro Pablo Kuczynski fue presentada el viernes 15 de diciembre del 2017. El mismo día la admitieron y aprobaron y le pusieron fecha y solo seis días después (el jueves 21) el Pleno del Congreso ya estaba votando para sacarlo. El 13 de setiembre de 2017, el Tribunal Constitucional (TC) declaró inconstitucional parte de la ley anti-tránsfugas que impedía que los congresistas que salían de una bancada pudieran adherirse a otra o agruparse y formar una nueva. Gracias a ese fallo, el movimiento Nuevo Perú pudo convertirse en bancada, pero solo porque presentó su solicitud el mismo 13: solo dos días después, el 15, el Congreso modificó su propio reglamento, le sacó la vuelta al fallo del TC y restituyó el mecanismo que este acababa de declarar inconstitucional. El fujimorismo, como ha demostrado la Sra. K. Fujimori en su último monólogo, no se caracteriza por reaccionar con velocidad ni eficacia. Así que esa debe haber sido idea de alguien más. El Congreso tiene 7% de aprobación. La legitimidad no es un cheque en blanco que se gira cada cinco años: esta debe cultivarse. No sabemos si al fujimorismo le interesa eso a estas alturas. Esperemos que sí. Sra Fujimori: fíjese en quiénes se quedan y quiénes se alejan o se van; en cuánto entusiasmo conservan los que no tienen rabo de paja. Y, sobre todo, fíjese si ese que le dijo que saliera a pechar a Vizcarra, no está esperando hacer de su tumba política –la suya, Sra. Fujimori– un pedestal o una escalera para él.