"El cogollo keikista necesita un Oficial Mayor propio para sus coordinaciones, y también para resolver pugnas internas".,La salida de José Cevasco de la oficialía mayor del Congreso se presta a varias lecturas. En una Fuerza Popular lo culpa de varias irregularidades en la gestión del presupuesto parlamentario. En otra se trata, como ha dicho Úrsula Letona, una simple cuestión de confianza, con Daniel Salaverry, el nuevo presidente, buscando consolidar su poder. Cevasco es un veterano funcionario, que por cierto sabe manejar un Congreso manteniendo siempre un perfil relativamente bajo. Fue Oficial Mayor en el CCD (1993-2002) y luego en tiempos del segundo gobierno del Apra. Lo más probable es que Luz Salgado lo haya nombrado en el 2016 sobre todo por su larga experiencia en torno al hemiciclo. Pero al mismo tiempo Cevasco tiene largos y densos lazos con el Apra. Una lectura adicional sobre su remoción podría ser que FP está empezando a tomar distancias del aprismo y ahora, en la era de un Martín Vizcarra recargado, el cogollo keikista necesita un Oficial Mayor propio para sus coordinaciones, y también para resolver pugnas internas. Una explicación para la caída en la aprobación de FP y de su dirigente tiene que incluir la cadena de escándalos en el Congreso que vienen desde Salgado, y por cierto también el exabrupto radical llamado Ley Mulder. Salaverry ya ha declarado que esa ley es perfectible, opinión que contiene una crítica al aprista más conspicuo del hemiciclo. Está empezando en FP un discurso que busca conciliar un mantenimiento de la línea dura mototaxista que viene del 2016 y un discurso que se parece un poco a la conciliación con las iniciativas del Ejecutivo. Estamos escuchando frases novedosas, pero todavía no hemos visto la primera concesión. Ni siquiera la primera negociación. Corre el rumor de que hay un importante grupo de congresistas de FP descontento con la elección de Salaverry a la presidencia. De ser así, podemos pensar que Salaverry va a necesitar una guardia de hierro en torno suyo, y que a pesar de toda su experiencia en el cargo, Cevasco se había ubicado del lado equivocado de la raya. ¿Trae Salaverry un proyecto propio, distinto del piloto automático en que vivió Luis Galarreta? Por lo menos trae modales algo diferentes. En las actuales circunstancias, es casi un alivio.