"Salaverry recibiendo a Chávarry en el Congreso, en momentos en que la ciudadanía los repudia a ambos, es un gesto de desprecio a la voluntad popular".,Cada cierto tiempo, como en los relatos mitológicos de todas las culturas, se abre un periodo en el que la verdad, como escribí en un tuit, irrumpe y desgarra el velo opaco de la falsedad. El reto consiste en aprovecharlo antes de que lo clausuren. Estamos en plena lucha. Tenemos de un lado a todos aquellos a quienes esta maraña de revelaciones de corrupción que emerge con los audios del Callao, pone a la defensiva. Esto los torna más agresivos y, paradójicamente, vulnerables. Salaverry recibiendo a Chávarry en el Congreso, en momentos en que la ciudadanía los repudia a ambos, es un gesto de desprecio a la voluntad popular, pero también un reconocimiento de que corren malos tiempos para los corruptos. Por lo tanto, tienen que apoyarse entre ellos. Aunque el cáncer no se limita al fujiaprismo –Rosa María Palacios nombra en su artículo dominical en La República a congresistas de APP y el Frente Amplio con sentencias de cárcel, refugiados en la impunidad congresal-, es obvio que esta alianza de facto es la más afectada por este reflector enfocado en las sentinas del Poder Judicial. Es por eso que son ellos los que más se agitan y dan manotazos contra los responsables de estas revelaciones. Sus ideólogos se desgañitan, intentando parar esta marea inesperada. Llegando al extremo de pedir a gritos que salgan de una vez todos los audios, porque ya no soportan la angustia de saber si les va a caer un ladrillo en la cabeza. Al método del serrucho, como suele ser el dilema de las separaciones en las parejas, prefieren el del hachazo. De esta manera, piensan, podrán hacer un mejor control de daños. Pero el periodismo responsable, como el de IDL-Reporteros, no trabaja así. En el propio Gobierno, en el entorno más cercano al Presidente Vizcarra, el Premier Villanueva está en una cura de silencio e invisibilidad, sobre todo después de que su intento de enfriar el referéndum anunciado por su jefe, fracasó. Cada vez es más claro para quién trabaja el primer ministro, y esto es algo que el Presidente no puede seguir minimizando, aunque se entiende que no quiera abrir tantos frentes a la vez. Por otro lado, tenemos al propio Vizcarra, quien nos ha sorprendido decidiendo acatar el mandato popular de enfrentarse a la podredumbre. No con discursos retóricos sino con acciones. No solo nombrando comisiones, sino tomando decisiones con efecto inmediato, como lo ocurrido con el CNM. Ver que Gustavo Gorriti es ovacionado en la Feria del Libro da esperanza. A la feria acuden peruanos de todos los sectores y son estos quienes lo aclaman. El fiscal Domingo Pérez, enfrentándose públicamente al mentiroso Fiscal de la Nación, nos recuerda que no todo está perdido en el Ministerio Público, tal como lo hizo la heroica fiscal Rocío Sánchez. En suma, el Perú no será otro país pasado este momento de verdad. Pero es razonable esperar que este momento valioso deje secuelas que algún día fructificarán.