Los audios difundidos por IDL son la prueba contundente de la enfermedad mortal que sufre el Poder Judicial, pero también de la mentalidad misógina instalada en todos los poderes, que niega constantemente justicia a las mujeres.,El juez César Hinostroza liberó a Ricardo Calzado Crispín, quien había sido condenado a cadena perpetua por violar a su hija de 7 años. También liberó a Jorge Gonzales Tineo, que tenía una condena de 14 años de prisión por violar a su hija. Hinostroza también sacó de la cárcel al violador de una niña de 13 años, argumentando que el violador no sabía que la víctima tenía 13 porque “su forma de comportarse era el de una persona mayor”. Y así, muchos violadores regresaron a sus casas a seguir violando gracias al juez Hinostroza, quien también favoreció a Adriano Pozo, el agresor de Arlette Contreras, impidiendo que su caso se transfiriera a Lima por la probable corrupción en la Sala de Ayacucho. Los audios difundidos por IDL son la prueba contundente de la enfermedad mortal que sufre el Poder Judicial, pero también de la mentalidad misógina instalada en todos los poderes, que niega constantemente justicia a las mujeres. A Hinostroza, el perfecto representante de este aparato que desprecia a la mujer, lo han premiado con vacaciones pagadas y encima lo han asignado a la Sala Constitucional de la Corte Suprema. Fuerza Popular y los de Con mis mijos no te metas, en vez de indignarse con el defensor máximo de violadores de sus hijos, lo defienden. El Perú ocupa el tercer lugar del mundo por violaciones sexuales. Cada día se hacen más de 70 denuncias por violación, y en 2017 se registraron 25,068 denuncias de abuso sexual, la mayoría a menores de edad. Muy pocas de estas denuncias consiguen justicia. Gracias al IDL, hoy tenemos la constatación de la podredumbre del Poder Judicial, del ADN corrupto del fujimorismo, y también de que vivimos en uno de los países del mundo que peor trata a las mujeres y a los niños.