¿Debemos preocuparnos por los venezolanos? Quizás la pregunta es si debemos ocuparnos del fenómeno, y la respuesta es que sí. Cerrar la frontera o no hacer nada no parecen las mejores opciones.,El tema de los inmigrantes venezolanos sigue produciendo discusiones, que rápidamente viran hacia actitudes contrapuestas: permitir que sigan llegando o prohibir que sigan llegando. Una posición corresponde a un principismo liberal y progresista, la otra a un pragmatismo económico que se reclama del realismo en temas sociales. En medio de esta discrepancia están quienes vaticinan que los venezolanos avecinados aquí van a superar el millón dentro de un tiempo, ciertamente una cifra de cierto impacto. ¿Debemos preocuparnos por los venezolanos? Quizás la pregunta es si debemos ocuparnos del fenómeno, y la respuesta es que sí. Cerrar la frontera o no hacer nada no parecen las mejores opciones. Por lo pronto, los venezolanos aquí hoy son abundantes, pero son solo parte de la inmigración. La buena marcha del Perú ha atraído nacionales de muchos lugares en crisis, o sin perspectivas. Hasta ahora no eran parte del debate sobre lo laboral, a pesar de que el empleo es una preocupación peruana que siempre ha figurado en las encuestas. Dos argumentos negativos sobre los venezolanos son que ellos toman puestos que podrían ir a peruanos y que bajan el precio de la mano de obra. Los empleadores suelen decir que los recién llegados suelen tomar puestos o ingresos que no interesan a los locales. Sobre esto ya deberían estar circulando estudios que permitan hacer evaluaciones seguras. Los europeos que están llegando son en muchos casos profesionales o por lo menos gente calificada, algo que al Perú no le sobra. No es el caso de la mayoría de los venezolanos, pero sí podría decirse que son un contingente emprendedor, dispuesto a correr un riesgo por su mejoría. Aunque es cierto que también hay muchísimos peruanos así. Vetar el ingreso como no hacer nada son dos formas de esperar que el problema planteado por la masa de inmigrantes desaparezca. Necesitamos que alguien ponga en manos del gobierno la fórmula que permita administrar la situación con algo de provecho para todas las partes. Después de todo hemos sido bienvenidos por millones en los más diversos países. Si un tema es el de los bajos salarios, se podría dar una primacía a los peruanos dispuestos. Se podría alentar el empleo a recién llegados fuera de Lima. Quizás sea viable un sistema de cuotas por habilidades profesionales. Es cosa de ponerse a pensar sobre ciudadanos de un país que antes nos ha acogido, y que mañana quizás vaya a volver a hacerlo.