El Ejecutivo no puede impedirle al MEF, y por extensión a los organismos reguladores, tomar medidas impopulares o polémicas, pero necesarias.,La clasificadora de riesgos Moody′s acaba de declarar que “Si no se le deja trabajar [al MEF] de manera seria, la situación macrofiscal del país se podría complicar bastante”. ¿Qué quiere decir? Básicamente que el Ejecutivo no puede impedirle al MEF, y por extensión a los organismos reguladores, tomar medidas impopulares o polémicas, pero necesarias. El comentario de Moody′s apunta a cosas como la puesta al día de los precios en los servicios básicos o los productos que provee el Estado. Se trata de ajustes automáticos que van siguiendo el ritmo de la inflación (4,4% el 2015, 3,23% el 2016, 1.36% el 2017), que se dejan sentir en la economía popular, y que suelen ser resistidos. La remoción de David Tuesta del MEF fue por un intento de poner al día las cobranzas del Estado. Pero el par de casos de ese incidente se han dado contra el telón de fondo de una política que se perfila como una disposición a ceder ingresos fiscales ante la menor resistencia, en todas partes. Lo cual podría terminar en una política de subsidios, a contrapelo de la anunciada austeridad fiscal. Estamos hablando, entonces, de la resistencia a protestas sociales en las calles y a discretas pero fuertes presiones desde las alturas empresariales. Que son las aguas que tiene que navegar una caja fiscal, sobre todo en épocas en que el futuro económico del país no está decidido. Para esto no es lógicamente posible ceder y resistir a la vez. Las concesiones de un gobierno siempre vienen con un efecto de demostración. Lo obtenido con total facilidad en un punto de la economía será replicado en la forma de reclamos en todos los otros puntos de esa economía. Al efecto económico se sumará uno político: reclamos por todas partes contra el sinceramiento de precios públicos, y de paso también privados. Alguna vez este tipo de manejo se dio para evitar perder popularidad, un móvil decididamente frívolo. El que empieza a asomar ahora tiene otro origen: sofocar los reclamos allí donde estos se presenten, como una forma de mitigar la debilidad consustancial de este gobierno. Quizás Moody′s está sugiriendo que esto solo traslada los problemas a la caja fiscal.