¿Qué es el Perú para ti? Quizás nuestra respuesta dependa de en qué momento nos agarre la pregunta,¿Qué es el Perú para ti? Quizás nuestra respuesta dependa de en qué momento nos agarre la pregunta. A veces pienso en el horrible tráfico, o en la delincuencia. En la desigualdad, la viveza y la informalidad. Lamento pensar en tantas cosas negativas, aunque al mismo tiempo lo sienta como un reto, tenemos mucho por cambiar. Otras veces, la pregunta inicial me encuentra de mejor humor y me evoca de inmediato la comida, en mi caso, la comida de casa, esa que mis papás me enseñaron a extrañar. Lo rico que era desayunar leche fresca, calientita y pancito chapla, soportando el frío del invierno cajamarquino. Siempre que hablo de comida hablo en diminutivo…o eso me hacen notar. No sé si soy yo o es que también es algo muy peruano. Qué rica mi sopita verde, mi quesito con miel de chancaca, ¡qué rico todo! ¿qué es el Perú, sino su gastronomía? Pero, además, a veces pienso que es la comida -y no solo nuestra actitud- la que nos hace tan acogedores. No hay visita que se vaya sin comer “alguito aunque sea” de la casa. El Perú también es eso, gente que puede sacar lo mejor de sí, gente luchadora. A veces tengo esta versión más positiva en la cabeza de lo que podría responder al buscar algo que represente a nuestro país. Atravesamos un momento muy difícil: Crisis económica, política, social. Violencia y discriminación. Y es que no hace falta explicar por qué muy pocas cosas parecen unirnos como peruanos, hacernos sentir parte de la patria. Evidentemente, luego de la comida pensé…en el fútbol. No sólo en el fútbol y en la hinchada que día a día alienta a sus clubes, sino en la ilusión que siempre hemos tenido de nuevamente clasificar a un mundial. En mi caso, de ver por primera vez al Perú jugar contra los mejores equipos. De sentir que, por una vez, formamos parte de un gran colectivo que hace a un lado las diferencias para pelear por un objetivo común: dar lo mejor en la cancha, frente a los ojos del mundo. La idea de estar unidos por un bien común de por sí me ilusiona mucho. Pocas cosas encarnan esa ilusión y la figura de Paolo Guerrero ha sido una de ellas. Guerrero nos llevó al mundial, después de aquel partido contra Colombia por el que aún resuena la más sentida narración de nuestro querido y extrañado Daniel Peredo. Su liderazgo como capitán en la cancha y como persona con su equipo parece indiscutible. El cariño y la ilusión de la gente estarán ahí por y para él, en este, su momento más difícil. Como luego de todo revés, las ganas de levantarnos serán mayores, así como el empeño por conseguir más victorias en este mundial. Estaremos con Guerrero, luchándola hasta el final, y seguramente él estará con la selección, siempre presente. Porque algo que nos ha unido tanto no se va tan fácilmente.