Decir que el encuentro Martín Vizcarra-Keiko Fujimori como “una posibilidad que no tiene fecha” es una buena manera de poner el asunto en sus términos exactos,Decir que el encuentro Martín Vizcarra-Keiko Fujimori como “una posibilidad que no tiene fecha” es una buena manera de poner el asunto en sus términos exactos. César Villanueva ha dicho mucho con pocas palabras, en lo que es la primera frotada de antenas entre los dos jefes políticos. Una foto que llegará tarde o temprano. A algunos le pareció mal que la propuesta de cumbre llegara desde Fuerza Popular, por cuestiones de protocolo e imagen de poder. Con su frase Villanueva ha logrado presidencializar esa iniciativa, tomarla en cuenta y darle un plazo sin ponerla de lado. Ahora comienza el trabajo de encontrarle al encuentro esa fecha que todavía no hay. ¿De qué tipo de reunión se está hablando? Evidentemente de una audiencia en Palacio de Gobierno, con un argumento protocolar y quizás hasta una breve agenda. Nada muy difícil de organizar. Lo importante: que no abra flancos. Protocolo aparte, es comprensible que Keiko Fujimori busque esa reunión, cuanto antes. La caída de Pedro Pablo Kuczynski la ha dejado con los bonos más bajos que nunca, y todo el mérito de haber solucionado la crisis de gobernabilidad (que ella puso en marcha) se ha trasladado a la imagen de Vizcarra. Ahora quiere asociarse a ese nuevo prestigio. Pero si bien Vizcarra no tiene problemas para mostrar su cercanía a FP, sabe que es una proximidad que necesita ser administrada para que no se vuelva contraproducente. En esa medida un encuentro con Keiko Fujimori puede ser muchas cosas: la celebración conjunta de una victoria, la imagen de un pacto, el reconocimiento del poder fujimorista. También para Keiko Fujimori el encuentro tiene que ser calculado. Reunirse en Palacio con un presidente legitimado por la salida de PPK y por una alta aprobación es una forma de practicar el realismo. A ella le hubiera gustado reunirse antes de la sesión de mañana, para aparecer como la madrina del voto de confianza a Villanueva. Ya habrá otras oportunidades, convenientes para las dos partes. Por ejemplo juntarse para anunciar el deseo de aprobar conjuntamente alguna ley específica, o incluso un conjunto de leyes, de primera importancia. Sin embargo, aunque suene paradójico, hay una distancia que debe ser mantenida para que la cercanía funcione.