No puede existir una ciudad inteligente sin ciudadanos inteligentes y esos son los que saben usar toda la tecnología que pueden ofrecer estas nuevas urbes.,La era de las “ciudades inteligentes” (Smart Cities) está pisando fuerte en el Perú y como este año toca escoger representantes a gobiernos locales/regionales, no será extraño que el concepto empiece a popularizarse. De acuerdo con la teoría y sobre todo con la que los grandes proveedores de tecnología predican, una “ciudad inteligente” es una en la que se ha producido la utopía futurista donde las tecnologías digitales son la clave para la resolución de los variados problemas que enfrentan las complejas urbes contemporáneas y que van desde la participación ciudadana hasta la adaptación al cambio climático. Pero para ser honestos, no existe una única fórmula de “ciudad inteligente” y su definición/implementación puede tener distintos sabores según el gusto del cliente. Lo que sí es transversal a cualquier modelo de “ciudad inteligente” es que nunca debería devenir en una “ciudad estúpida/inútil” donde sobre el acceso a internet inalámbrico (el WIFI), dispositivos que capturen datos digitales (sensores) y muchos teléfonos inteligentes, aunque no haya ciudadanos que sepan sacarle mucho provecho a tanta magia. Esta semana estaré en Trujillo para compartir ideas al respecto. Y si me preguntan por dónde empezar un proyecto de “ciudad inteligente” yo diré que por las personas. No puede existir una ciudad inteligente sin ciudadanos inteligentes y esos son los que saben usar toda la tecnología que pueden ofrecer estas nuevas urbes. La estrategia debe empezar con un plan agresivo de “alfabetización digital”, que permita al ciudadano entender y capitalizar el fenómeno digital. Oslo –una de las ciudades calificadas como más “smart” en el mundo, donde ando desde hace 2 años–, no habla de “ciudad”, sino más bien de “sociedad inteligente” –smarte samfunn– porque de lo que se trata es de vivir en una comunidad que nos humanice de manera integral vía la tecnología. Paradójicamente.