Autoridades en Bolivia creen que feminicida se esconde en Perú
Jorge Clavijo decidió quitarse la vida después de asesinar a su esposa en 2013. Ante la duda, las autoridades procedieron a exhumar el cuerpo e investigar su supuesta presencia en el Perú.
Durante el último domingo, el viceministro de Régimen Interior y Policía de Bolivia, Javier Issa, informó que el Ministerio de Gobierno ha recibido, al menos, 35 llamadas telefónicas y cartas anónimas que aseguran que Jorge Clavijo, responsable del feminicidio de su esposa, se encuentra en Perú.
“Llegaron varias denuncias que indican que el señor Clavijo fue visto en Perú, tenemos cartas de personas que supuestamente lo conocían y que lo han visto en el Perú (...); hay otras versiones que señalan que también fue visto en Chile, pero son más fuertes las de Perú”, dijo el funcionario en el programa Primero la verdad de Bolivia Tv.
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Clavijo se desempeñó como teniente de la Policía Boliviana y fue agente del gobierno de Evo Morales. En 2009, era parte de las fuerzas de élite y participó en el operativo del Hotel Las Américas de Santa Cruz donde fallecieron tres personas de origen croata y húngaro.
En 2013, Clavijo fue acusado de asesinar a su esposa, la periodista Analí Huaycho, pero luego él desapareció. Las autoridades informaron que encontraron el cuerpo de un hombre colgado en un árbol y aseguraron que se trataba del oficial.
El caso ha sido uno de los más sonados en Bolivia y en los últimos días ha sido reflejado en los medios de comunicación de ese país luego de que la Fiscalía autorizara la exhumación del cadáver porque consideran que existe una “duda razonable”.
El pasado jueves 24 de setiembre se procedió a la exhumación a cargo de un grupo de peritos del Ministerio Público en un cementerio ubicado en la zona sur de La Paz. Los resultados se conocerán en 20 días, dijo Issa al citado medio.
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La conmoción por la muerte de Hanalí Huaycho sirvió para que el Parlamento acelerara la aprobación de una ley contra la violencia hacia las mujeres, que castiga los casos de feminicidio con treinta años de prisión, la pena máxima en Bolivia.
