Migrantes venezolanos LGTBIQ+ afrontan discriminación y violencia en Perú
Según un reciente estudio, los migrantes venezolanos de la comunidad LGTBIQ+ han tenido que ocultar su identidad de género y orientación sexual para poder acceder a mejores oportunidades en el país.
“Aquí tengo que condicionarme. A ciertas personas, sí les digo [mi orientación sexual]; a otras, no. Les digo que soy heterosexual y prefiero mantenerme bajo las sombras”, relata una migrante venezolana de la comunidad LGTBIQ+ en Perú. Ella, mujer cisgénero y pansexual, brinda su testimonio como parte de una investigación a cargo de la ONG Presente y el Organismo de las Naciones Unidas para la Migración (OIM) en Perú.
El informe ‘Salir de casa para volver al clóset. Diagnóstico situacional sobre la población venezolana LGTBIQ+ en situación de movilidad humana en Perú' da cuenta de la discriminación y violencia que viven al momento de acceder a un trabajo, conseguir una vivienda o regular su situación migratoria.
Según un reporte de monitoreo de protección de ACNUR, el 62% de los venezolanos en Perú ha sufrido discriminación en el país. Si bien la xenofobia es una de las primeras barreras a la que se enfrentan los migrantes, tener una orientación sexual e identidad de género diferente a lo normativo aumentan las trabas para acceder a mejores condiciones.
Como indica María Pía Bravo, una de las autoras de la investigación e integrante de la ONG Presente, estas dos características evidencian una doble vulneración hacia ellos y ellas. “Es tal el nivel de discriminación y de falta de acceso a oportunidades que muchas veces las personas venezolanas, sobre todo las personas trans, se ven en la obligación de retroceder en este proceso de salida del clóset, de ocultar sus identidades”, comenta la especialista en diálogo con La República.
Acceder a una vivienda
“Siempre tenemos que inventar porque, cuando decimos que queremos una habitación para las dos, nos dicen: ‘No, no recibimos esas cosas’”, relata otra de las personas entrevistadas.
Según da cuenta la investigación, todos los participantes señalaron haber tenido que tratar de ocultar su orientación sexual o identidad de género al momento de alquilar una habitación o casa. Además, una vez que se accede a una vivienda, en algunas ocasiones se tiene que pasar por otro ‘filtro’ al ser parte de la comunidad LGTBIQ+.
“En dos oportunidades me dijeron que no querían perversiones dentro de su casa”, agrega otro participante.
Acceder a un trabajo
El informe también evidencia que todas las personas entrevistadas afirmaron que les fue difícil encontrar un trabajo principalmente por su nacionalidad; sin embargo, en algunos casos también se les complicó por la discriminación que sufren al ser parte de la comunidad LGTBIQ+.
“Pedí trabajo en una tienda y no me lo dieron porque me dijeron que era muy amanerado. Me sentí bastante mal, humillado como persona. No pensé que iba a encontrar ese tipo de discriminación”, recuerda un hombre cisgénero gay.
Como detalla la investigación, para poder acceder a un empleo, muchos migrantes “han evitado evidenciar su orientación sexual o identidad de género para no sufrir otro rechazo más”. Esto está en concordancia con un estudio de la ONG Presente, que también da cuenta de que los miembros de la comunidad LGTBIQ+ en Perú, específicamente en Lima, ocultan su orientación sexual durante las entrevistas por miedo a ser víctimas de discriminación.
Si bien no todos los entrevistados han sufrido de esto, quienes están dentro de este universo evidencian que su expresión de género se encontraba más de acuerdo con lo esperado por el entorno y que sus empleadores consideraban innecesario ahondar en ese aspecto de sus vidas.
Algo claro para la mayoría de las personas que formaron parte del estudio es que consideran que los miembros de la comunidad LGBTIQ+ en Perú sí están más expuestos a sufrir tratos discriminatorios en el sector laboral.
Acceder a salud digna
El acceso a una salud digna ya de por sí es limitado para los peruanos y peruanas. Una situación más crítica viven las personas migrantes y refugiadas en el país, la cual se complica aún más cuando se evidencia la orientación sexual e identidad de género del paciente.
El informe da cuenta que algunas personas experimentaron tratos hostiles y discriminatorios al ser percibidos como hombres gays y, por lo tanto, como portadores de VIH. “Me empezó a revisar y me dice: ‘Tienes que hacerte un examen de VIH porque tus compatriotas vienen para acá e infectan a los peruanos’”, dice uno de los entrevistados.
Un panorama similar viven los migrantes y refugiados transgénero. En el país no hay una ley de identidad que los proteja y también existe un trato discriminatorio en los centros hospitalarios para los peruanos y peruanas de esta comunidad.
Salud mental afectada
Otro problema, que también es transversal para los peruanos, es el acceso a servicios de salud mental gratuitos y de buena calidad. Un estudio elaborado por Más Igualdad sobre este tema en la población LGTBIQ+ en Perú evidenció que el 60% de las personas entrevistadas reportó tener ansiedad; el 58%, depresión; y el 68%, inseguridad y baja autoestima.
En el caso de los y las migrantes y refugiados, la movilidad cambia por completo sus vidas y en muchos casos afecta su salud mental. Una condición que se agrava al pertenecer a una minoría que constantemente es discriminada.
“En efecto, reconocen que su condición de migrantes les ha afectado en su estado de ánimo y al desempeño laboral y relacional. Esto se suma a la dificultad de ser parte de la comunidad LGBTIQ+ en un país donde culturalmente se encuentra normalizada la homofobia y transfobia”, se detalla en el informe.
María Pía Bravo enfatiza que estas personas se ven afectadas porque se reducen las redes de apoyo y soporte emocional. “Escondo mi identidad y escondo quién soy para poder sobrevivir”, indica.
“Todas las personas reportaron problemas de salud mental. Mucha ansiedad, mucha depresión, muchos problemas que no permitían tener una calidad de vida buena. Ansiedad de tener que esconder todo el día su identidad, sobre todo cuando ya estabas acostumbre a vivirlo auténticamente”, resalta.
Repensar las estrategias
Bravo explica que la investigación parte de la necesidad de visibilizar a esta población dentro de los migrantes y refugiados. Ello con el fin de repensar las acciones que se han tomado desde la sociedad civil, las organizaciones y el Estado.
“Hay que acordarnos que la comunidad LGTBIQ+, de manera estándar o es lo normal, no son incluidas o no se piensa en elles como parte de la comunidad. Hay que volver a pensar las estrategias para poder incluir a la comunidad LGTBIQ+, a las mujeres y a todos estos grupos que llegan con una vulnerabilidad adicional”, resalta.
El estudio da cuenta de esta vulneración en tanto no puedan acceder a salud, a una vivienda, a su identidad y a expresarse libremente. “Hablamos de derechos humanos, de vivir plenamente y poder acceder a oportunidades que te permitan tener un proyecto de vida”, recalca Bravo.
Si bien la investigadora indica que hay iniciativas a favor de la comunidad venezolana, aún es necesario articular más entre los diversos actores y organizaciones para lograr una real asistencia a favor de los derechos humanos de la comunidad migrante y, dentro de esta, de la comunidad LGTBIQ+.
“Estamos trabajando cada uno por su lado y es importante garantizar que estas personas puedan desarrollarse en el lugar en donde están viviendo”, finaliza.
*La ONG Presente y Adrastra, con el apoyo de OIM y PRM, han elaborado una caja de herramientas para personas LGTBIQ+ en situación de movilidad humana en Perú. Si deseas encontrar información y acciones a tomar para que tus derechos no sean vulnerados, haz clic en el siguiente enlace: AQUÍ.