Guerra comercial afecta a aerolíneas y hoteles en EEUU: caen en bolsa y disminuye la demanda turística
El conflicto comercial ha generado incertidumbre económica, poniendo en riesgo la estabilidad del turismo en el país.
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La guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue generando efectos colaterales que afectan diversas industrias. Entre las más perjudicadas están las aerolíneas y las cadenas hoteleras. Este conflicto ha creado un clima de incertidumbre económica, cuyos efectos se perciben claramente en los sectores turísticos. La caída en los flujos de viajeros internacionales hacia Estados Unidos es solo uno de los factores que han mermado la competitividad de las empresas de transporte aéreo y alojamiento. Las tensiones comerciales, unidas a una creciente desconfianza global hacia las políticas estadounidenses, están provocando ajustes significativos en la industria turística, sin que se vislumbre una pronta solución.
En los últimos meses, las acciones de importantes aerolíneas como Delta Airlines, United Airlines y American Airlines, junto a grandes cadenas hoteleras como Marriott y Hilton, han registrado caídas sustanciales en los mercados bursátiles. Esta caída refleja la desaceleración del sector, impulsada por la reducción en la demanda de vuelos y estancias en hoteles. Aunque los factores detrás de este declive son varios, la guerra comercial, con el incremento de los aranceles a productos importados, ha tenido un impacto directo tanto en consumidores como en empresas. A la vez, la incertidumbre económica global ha provocado que muchos viajeros reconsideren sus planes turísticos, especialmente aquellos provenientes de países cuyos mercados se han visto afectados por los aranceles impuestos por Estados Unidos.
El impacto de la guerra comercial sobre las aerolíneas
El sector aeronáutico de Estados Unidos ha sido uno de los más golpeados por la guerra comercial. El aumento de tarifas de importación y la falta de acuerdos comerciales favorables están afectando tanto a las aerolíneas como a los consumidores. Si bien la demanda interna se mantiene estable, los vuelos internacionales han disminuido considerablemente, lo que ha afectado la rentabilidad de las empresas aéreas. A ello se suma el incremento de los costos operativos, como el aumento en los precios de combustibles y equipos importados, lo que presiona los márgenes de ganancia.
El temor a una posible recesión económica también ha influido en los planes de expansión de las aerolíneas, que han optado por mantener sus operaciones actuales en lugar de realizar nuevas inversiones. Las proyecciones para los próximos meses indican que la situación podría empeorar si la guerra comercial persiste, ya que los vuelos internacionales seguirían experimentando una menor demanda. La reticencia de los consumidores a realizar viajes largos, sumada a la falta de confianza económica, está generando una crisis dentro del sector aéreo.
La situación de los hoteles: un sector en crisis
Por otro lado, el sector hotelero estadounidense enfrenta serias dificultades. Las grandes cadenas como Marriott y Hilton han observado una desaceleración en su crecimiento debido a la menor llegada de turistas internacionales. Además de la guerra comercial, la percepción de Estados Unidos como un destino menos accesible y acogedor ha influido en la decisión de muchos turistas de cambiar su destino. Los viajeros internacionales, especialmente los provenientes de economías emergentes, ahora prefieren destinos más cercanos o con menores costos asociados a aranceles y tarifas adicionales.
Esta combinación de factores ha ocasionado una caída en las reservas hoteleras en ciudades clave como Nueva York, Los Ángeles y Las Vegas. La falta de confianza en las políticas comerciales de Estados Unidos está detrás de la decisión de muchos viajeros internacionales de modificar sus planes. Aunque los turistas nacionales siguen siendo una fuente de ingresos estable para las cadenas hoteleras, la disminución de turistas extranjeros podría tener efectos negativos en la rentabilidad a largo plazo. Además, las políticas implementadas durante la administración Trump, como las restricciones a la inmigración, también han afectado la percepción global sobre Estados Unidos como destino turístico.



















