SNAP: cómo prevenir el fraude y denunciar una estafa sobre los beneficios de alimentos en Estados Unidos
El fraude en el SNAP afecta tanto a beneficiarios como a minoristas. Conoce los tipos de fraude más comunes, las sanciones para quienes violan las normas y cómo protegerse de estafas relacionadas con el uso indebido de estos beneficios.
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El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) es una iniciativa clave en Estados Unidos para garantizar el acceso a alimentos a familias de bajos ingresos. Sin embargo, algunos individuos y negocios se aprovechan del sistema mediante fraudes que afectan a quienes realmente necesitan esta ayuda. La manipulación de información, la venta ilegal de beneficios y el robo de datos son algunas de las formas en que se cometen estos actos ilícitos.
El gobierno estadounidense ha reforzado los controles para evitar el uso indebido de SNAP, aplicando sanciones severas a los infractores. Conocer los tipos de fraude más comunes y cómo protegerse es fundamental para garantizar que los fondos destinados a la alimentación lleguen a quienes más lo necesitan. A continuación, te explicamos cómo operan estos delitos y qué hacer si sospechas de un fraude.
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Fraude cometido por beneficiarios: sanciones y consecuencias
El fraude dentro del programa SNAP no solo afecta los recursos públicos, sino que también puede tener graves consecuencias legales para quienes lo cometen. Algunos beneficiarios recurren a prácticas ilegales para recibir más beneficios de los que les corresponden, como falsificar información sobre sus ingresos o vender sus tarjetas EBT a cambio de dinero en efectivo.
Entre las principales sanciones para quienes incurren en estas irregularidades se encuentran la suspensión temporal o permanente del programa, la devolución del monto obtenido de manera fraudulenta y, en los casos más graves, cargos penales que pueden derivar en multas elevadas o incluso penas de prisión.
Las autoridades han implementado sistemas de verificación más estrictos para detectar irregularidades, revisando los antecedentes financieros y realizando auditorías en los registros de SNAP. Para evitar sanciones, es fundamental que los beneficiarios brinden información veraz y utilicen los fondos exclusivamente para la compra de alimentos autorizados.
Fraude cometido por minoristas: un delito con graves repercusiones
No solo los beneficiarios pueden incurrir en fraude dentro del programa SNAP. Algunos establecimientos comerciales también participan en actividades ilegales, perjudicando el correcto funcionamiento del sistema. Una de las prácticas más comunes es el "trafficking", que consiste en intercambiar beneficios de SNAP por dinero en efectivo, una actividad prohibida por las regulaciones del programa.
Otros fraudes incluyen la venta de productos no autorizados con los fondos de SNAP, la falsificación de información en las solicitudes para aceptar pagos con tarjetas EBT y la manipulación de transacciones para inflar las cifras de ventas.
Las consecuencias para los minoristas que cometen fraude son severas e incluyen la expulsión definitiva del programa, multas significativas y posibles cargos criminales. El gobierno mantiene un monitoreo constante y fomenta la denuncia anónima para identificar a quienes intentan aprovecharse de este sistema de asistencia.
Estafas y medidas de protección para beneficiarios de SNAP
Además de los fraudes internos, los beneficiarios de SNAP deben estar alerta ante estafas externas que buscan robar información personal o acceder de manera fraudulenta a sus beneficios. Una de las tácticas más utilizadas es el "skimming", donde delincuentes instalan dispositivos en terminales de pago para clonar tarjetas EBT y desviar los fondos.
Para evitar ser víctima de estos fraudes, se recomienda seguir estas medidas de seguridad:
- No compartir el Número de Identificación Personal (PIN) de la tarjeta EBT con terceros.
- Cambiar periódicamente el PIN y evitar combinaciones predecibles.
- Revisar regularmente los movimientos de la cuenta SNAP para detectar transacciones no autorizadas.
- Inspeccionar los dispositivos de pago en los comercios antes de deslizar la tarjeta, asegurándose de que no haya elementos sospechosos instalados.
Las autoridades han desarrollado mecanismos de seguridad para proteger a los beneficiarios de SNAP, pero la prevención y el conocimiento sobre estas amenazas siguen siendo la mejor defensa. Si sospechas de una actividad fraudulenta, es importante denunciarla ante las agencias correspondientes para evitar que más personas sean afectadas.