Domingo

Maduro y la paranoia del poder

Nicolás Maduro ha detenido ciudadanos de varios países -entre ellos el peruano Renzo Huamanchumo- acusándolos de “mercenarios” que quieren derrocar a su gobierno. Lo hace para victimizarse, fingir que está bajo ataque externo y apuntalar su alicaído régimen. También ha removido a varias figuras de su entorno, para rodearse solo de sus más cercanos e incondicionales aliados. Casi no confía en nadie.

“Mi sobrino ha sido secuestrado y lo han presentado para sustentar una acusación falsa”, nos dice Patricia Castillo, tía del peruano Renzo Yasir Huamanchumo Castillo (41), detenido en Venezuela cuando ingresaba a ese país con su pareja venezolana con la intención de conocer a la familia de ella. Ahora nuestro compatriota es acusado por el régimen de Maduro de ser un mercenario que quería realizar atentados contra el gobierno chavista.

Renzo fue detenido el 22 de setiembre en el centro de atención al ciudadano de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) de Peracal, distrito de San Cristobal, estado de Táchira. Iba con su novia Carolina Chirinos y la amiga de esta, Raymar Pérez. Ellas viajaban en un taxi llevando unos regalos y sus equipajes. Él iba detrás en una mototaxi. En el control los tres, y los conductores de los vehículos, fueron arrestados. Ese día su familia perdió contacto con él.

Cuenta su tía Patricia que solo volvieron a saber de Renzo cuando hace unos días Diosdado Cabello, ministro del Interior venezolano, lo presentó como si fuera parte de un grupo de mercenarios capturados. “Renzo es alto y grueso. Cuando mostraron su foto me impresionó, porque ha perdido mucho peso y su mirada era de terror. Yo creo que lo están torturando”, dice angustiada. Renzo es hipertenso y, a decir de su familia, se nota que está mal de salud.

En su conferencia, Cabello uso fotos del teléfono de Renzo, en las que se le ve con armas, como pruebas de que es un mercenario. Pero el peruano es guardaespaldas en EEUU y esas imágenes corresponden a las capacitaciones que le dan en su trabajo. La misma acusación ha hecho Cabello contra 19 personas, entre las que hay norteamericanos, españoles, colombianos, un ciudadano checo y un libanés. También ha señalado que la CIA y el Centro Nacional de Inteligencia de España (CNI) están detrás de esta “operación”.

“Estaban buscando traer un grupo de mercenarios con objetivos muy claros: asesinar al presidente Nicolás Maduro, a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, a mí mismo, y a un grupo de compañeros que lideran nuestro partido”, dijo en esa conferencia Cabello, sin pruebas.

Las razones que explican estas detenciones están en la elección presidencial que Maduro ganó con fraude y que han aislado a su gobierno en la región. Hace años que el chavismo se inventa supuestos intentos de asesinato y complots cada vez que atraviesa una crisis. Ahora buscan distraer la atención del fraude cometido y lograr apoyo interno, con la recurrente narrativa de un “ataque externo” de la CIA para destruir la ‘revolución bolivariana’.  

Peruano detenido en Venezuela, Renzo Huamanchumo, con su tía Patricia Castillo, quien dio a conocer su caso ante los medios de comunicación.

Peruano detenido en Venezuela, Renzo Huamanchumo, con su tía Patricia Castillo, quien dio a conocer su caso ante los medios de comunicación.

Cambios en la cúpula chavista

Tras la elección del 28 de julio pasado Maduro ha planteado cambios en su gabinete y en su entorno para asegurar las mayores lealtades. Según los medios independientes venezolanos, se ha vuelto muy desconfiado y teme la disidencia. En agosto pasado, a un mes de la elección en la que se autoproclamó ganador, nombró en el cargo de Ministro del Interior a Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo y representante del ala más dura del mismo. Exmilitar y expresidente del Congreso, Cabello es confiable para Maduro porque es un historico del partido. “Diosdado no articula nada que no coordine con Maduro”, dice Nícmer Evans, politólogo venezolano, que también sufrió prisión por parte del chavismo en 2020.

El presidente venezolano también ha nombrado en el puesto de ministra del Petróleo -un sector clave para el país- a Delcy Rodríguez, otra chavista de la primera hora, quien es una importante operadora política para Maduro. Incluso ha ocupado los cargos de ministra de Comunicaciones, de Economía y Canciller. Con ello busca que el manejo del principal producto de la economía venezolana esté en manos que aseguren ingentes fondos para el gobierno y el PSUV en cualquier momento.

Una decisión polémica pero entendible en el contexto actual es el nombramiento de Alex Saab, el empresario colombiano sindicado como testaferro de Maduro, en la cartera de ministro de Industrias. Esta persona ha hecho muchísimos negocios en Venezuela y muchos de ellos con el presidente. Se dice que es quien le ha ayudado a ocultar su fortuna en paraísos fiscales. Saab estuvo preso en Estados Unidos hasta hace unos meses por lavado de activos y en el pasado enfrentó cargos de narcotráfico. Fue liberado y volvió a Venezuela en un intercambio de presos estadounidenses por él. Así de valioso ha sido para Maduro.

Otro funcionario de gobierno que el presidente venezolano considera imprescindible en la hora actual es el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, jefe de las Fuerzas Armadas y el sostén del régimen. En el cargo desde el 2014, Padrino ha jurado lealtad al chavismo muchas veces en los últimos años y lo hizo una vez tras las últimas elecciones cuando la oposición le hizo un llamado a las FFAA a hacer respetar los resultados de la elección. Junto a Diosdado Cabello forman el tandem que ejerce el control y la represión cuando se desatan las protestas de la población o se debe detener opositores.

Los cambios de las últimas semanas han alcanzado altos cargos en los servicios de inteligencia venezolana. Hace una semana fueron destituidos los directores de las dos agencias de inteligencia: el Sebin (civil) y el DGCIM (militar) tras una década en el cargo. En el Sebin ahora el jefe será Alexis Rodríguez Cabello, sobrino de Diosdado. Los cambios se han visto como un retorno de Cabello al control de la inteligencia venezolana, con lo que la represión contra los opositores se volverá más dura. Eso espera Maduro en una coyuntura en la que está aislado.

 Diosdado Cabello presentó sin pruebas a ciudadanos extranjeros como supuestos mercenarios que iban a atentar contra líderes chavistas. Foto: AFP

Diosdado Cabello presentó sin pruebas a ciudadanos extranjeros como supuestos mercenarios que iban a atentar contra líderes chavistas. Foto: AFP

Las lealtades también se hacen dudosas en estos momentos. En las últimas semanas se habló de que Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) había pretendido huir del país y que había sido aprehendido. No obstante, se le vio en la toma de mando de los nuevos jefes de inteligencia. ”Nadie sabe oficialmente en qué condiciones estaba Amoroso en ese evento público. Se desconoce si en realidad lo capturaron, está preso o secuestrado, y lo llevaron al evento para mostrarlo al mundo” reseñó la revista Semana de Colombia.

Ha habido cambios también, aunque de menor dimensión, en las Fuerzas Armadas y el aparato público chavista. El caso es que Maduro se cierra cada vez más en un círculo de incondicionales buscando asegurar lealtad incondicional al régimen. Operativos como el de los falsos mercenarios son síntomas de que su gobierno está debilitado y busca hacerse fuerte a través de sicosociales que le den aire dentro del país. Incluso han dicho que esos supuestos mercenarios tendrían vínculos con la organización Vente Venezuela y los ‘comanditos’ que organizó María Corina Machado y la oposicion. Pero ya casi nadie les cree.