Steven Spielberg, una vida
La última película del galardonado Steven Spielberg, Los Fabelman, cuenta gran parte de su historia personal y ha logrado siete nominaciones al Oscar.
Esta es la cinta que Steven Spielberg planeó por más de veinte años y en la cual rinde homenaje al cine y a su familia. “Las películas son sueños que nunca se olvidan”, le dice su madre al protagonista, Sam Fabelman, antes de entrar al cine, en una escena inicial de Los Fabelman. El niño tiene miedo de entrar porque le han dicho que las personas se ven gigantes en la pantalla, pero luego descubrirá la magia del cine y quedará deslumbrado.
La película es autobiográfica, ambientada en la década de los 50 (cerca del año de nacimiento del cineasta) y se nutre de las experiencias de infancia y juventud de Spielberg para contarnos de dónde proviene, de dónde sale su fascinación por el séptimo arte y cuáles fueron los caminos que lo llevaron a emprender una vida detrás de las cámaras.
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Su álter ego es Sam Fabelman (Mateo Zoryan de niño, Gabriel LaBelle de adolescente), quien vive junto a sus hermanas, su padre (Paul Dano) y su madre (Michelle Williams) y un amigo al que apodan «tío» (Seth Rogen), como si fuera de la familia. Su padre es científico y su madre artista.
Ambas influencias, una más técnica y racional y la otra más artística, dejan su huella en ese chico. La trama relata su aprendizaje desde que entra al cine a ver su primera película hasta que consigue empleo en una productora para dirigir episodios de televisión, antes de lanzarse a dirigir «El diablo sobre ruedas». Es Spielberg contando la historia de sus primeros años de cineasta.
La cinta ha obtenido siete nominaciones a los Oscar, incluyendo el rubro de mejor película y mejor director. Una situación en la que Spielberg ya ha estado antes y que incluso ganó por La lista de Schindler. Según la crítica “El cine de Spielberg siempre trata de la mirada: cómo miran sus personajes y qué miran y cómo los miramos nosotros. Es, por ende, un cine que siempre nos involucra”.
Hay secuencias inolvidables en la película como aquella en que Sam les muestra a quienes le hacen bullying escenas en que se pueden ver como son, como en un espejo. Aquí aparecen también su primera novia, Monica (Chloe East), una chica ultra católica enamorada de las imágenes de Jesucristo, y otros personajes que Spielberg presenta o recuerda con toques de humor o incluso cómicos.
“Sam aprende que la cámara no sólo sirve para capturar imágenes, sino también para esconderlas en el montaje, para manipular emociones, para desdibujar personajes, para engañar al ojo y a nuestra percepción, para acomodar la realidad a los caprichos de la ficción… Aprende que es un vehículo artístico que puede aterrorizarnos, hacernos reír, conmovernos. Una herramienta que puede salvar a quienes amamos y defendernos de quienes nos odian”, dice la crítica del portal Aleteia.
El trabajo de los actores ha estado a la altura. Michelle Willians ha logrado una nueva nominación a mejor actriz por su papel de una mujer desbocada y entusiasta, deprimida a ratos, con luces y sombras.
Sam Fabelman (Gabriel LaBelle) deslumbrado. El álter ego de Spielberg en el film.
Los criticos se han pronunciado de manera entusiasta. “Es como escuchar dos horas y media de anécdotas, pero mejor, ya que se ha tomado la molestia de ponerlas en escena para nuestro beneficio. Spielberg es un narrador nato”, anotó Peter Debruge de la revista Variety. Johnny Oleksinski, del New York Post, afirma: “La mejor película del año hasta ahora… es apasionante, visualmente hipnótica, con un guion sólido y excepcional”. Él también destaca la actuación de Michelle Williams.
Justin Chang, de Los Ángeles Times, confiesa: “Instantes después de la escena final de la melancólica y exquisitamente divertida ‘Los Fabelman’ escribí dos palabras en mi cuaderno: ‘truco de magia’”.