Domingo

El diván de TikTok

El hashtag #saludmental tiene 10 billones de vistas en la red social y cada vez más psicólogos se unen para dar información psicoeducativa a los más jóvenes. Eso sí, hay reglas: no dan terapia por chat, tampoco diagnósticos exprés y previenen de los riesgos de seguir a no profesionales.

Los psicólogos Giulia y Paolo Olivari abrieron @consciencia. psico en TikTok durante la pandemia. Foto: Antonio Melgarejo/La República
Los psicólogos Giulia y Paolo Olivari abrieron @consciencia. psico en TikTok durante la pandemia. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Niña buena es uno de sus videos de TikTok más popular. Con un texto breve y usando una parte del trend It’s my party -ese audio que miles usan en la red social-, la psicóloga Ana Paula Chávez (25) reflexiona, en menos de un minuto, sobre lo que hay detrás de esas infancias en la que el niño o niña es halagado por su “madurez” o “porque no hace problemas por nada”, y explica que en realidad: “… eras una niña buena porque aprendiste a callar tus necesidades, eras una niña ansiosa y sensible a la frustración de tus padres, transformándote en quien ellos querían que fueras”.

El video se convirtió en viral y llegó tener más de un millón de vistas. Lo acompañan los hashtags #terapia, #trauma, #infancia y también podría entrar en la categoría #saludmental, que en los últimos años se ha hecho muy recurrente en Tiktok, y cuyos videos tienen más de 10 billones de vistas. Se presume que, por las situaciones límite vividas durante la pandemia, los usuarios de internet se están volcando en la búsqueda de respuestas tras el impacto sufrido en su salud mental. Los más jóvenes, que son los más frecuentes en TikTok, usan la plataforma tanto para dar su testimonio sobre su estado emocional (depresiones, traumas, complejos), como para ver videos como el de la psicóloga Chávez.

El diván del Tik tok

Ana Paula Chávez, además de un TikTok, tiene un podcast, escribió 4 e-books y da terapia psicológica. Fotografía: Antonio Melgarejo/ La República.

Esta egresada de la Universidad Cayetano Heredia -que tiene una especialización en suicidiología- empezó en las redes sociales muy joven, incluso antes de graduarse, produciendo contenido sobre vida sana y deporte. Internet fue para ella una ventana que encontró para expresarse. A los 14 años, a Ana Paula le diagnosticaron leucemia por lo que pasó bastante tiempo internada en una clínica, lo que, tras su recuperación física, le dejó secuelas emocionales como ansiedad social y depresión.

En 2018 empezó a subir contenido de salud mental en Facebook e Instagram, no desde su mirada de psicóloga, sino compartiendo su testimonio: “Cuando enfermé, todos me decían que tenía que ser fuerte, y pienso que si nos diéramos permiso para sentirnos mal o estar molestos o estresados, nos iría mejor [...] yo tenía necesidad de hablarlo, no pensaba en crear contenido como tal, sino encontrar a alguien que se sintiera como yo”. Muchos se identificaron con ella, por eso, hoy, ha llegado a formar una comunidad en TikTok de más de 64.000 seguidores, a quienes se dirige, ahora sí, desde su perspectiva de profesional para hablar de salud mental sin tabús ni estigmas.

Sus videos hablan sobre los traumas infantiles, las relaciones intermitentes, la introversión, el duelo, la psicoterapia, las ideas suicidas, la ansiedad. Cualquiera se preguntará cómo se puede reflexionar sobre estos grandes temas en TikTok donde todo pasa tan rápido. “La mía es información con evidencia, pero también es humana. No banalizo la salud mental, ni tampoco hablo con tecnicismos”, dice Ana Paula, quien ensaya una hipótesis sobre por qué más jóvenes buscan respuestas a sus problemas psicológicos en las redes: “Hay una necesidad de identificarse y conectarse, puedo ver un video y decir: “así es como me siento, realmente no estoy solo”. Es la humanidad compartida, todos estamos viviendo una situación muy difícil, pero compartimos muchos sentires”.

No al autodiagnóstico

Pero además de empatizar con los seguidores, psicólogos como Giulia Olivari (26) de @consciencia.psico (207.000 seguidores en TikTok) opinan que usar las redes sociales conlleva una responsabilidad: “Nosotros dejamos claro que lo que subimos a las redes no puede ser un sustituto de la terapia, que es personalizada y confidencial. Lo que hacemos es contenido psicoeducativo sobre los síntomas la ansiedad, la depresión o el trastorno límite de la personalidad”.

Esta egresada de la universidad Ricardo Palma, especializada en terapia dialéctica conductual, decidió compaginar su profesión con ser tiktoker junto a su hermano Paolo (30), también psicólogo, en medio de la pandemia, para atraer pacientes. Aquel dice que aparecer haciendo trends no le resta profesionalidad y que es una forma de acercar sus servicios como psicoterapeuta a los más jóvenes: “Un video de TikTok te da algunas pistas del porqué te estás sintiendo así y que consideres hacerte un chequeo con un psicólogo”. La plataforma les ha dado notoriedad en México, Argentina, España, y hoy tienen pacientes de esos países.

El diván del tik tok

Pantallazos del contenido de los psicólogos en TikTok.

Lo que hay tomar con pinzas sobre este interés creciente por la salud mental en redes sociales es saber si la información proviene de un verdadero psicólogo. “En TikTok no hay filtros. Hay influencers [que no son profesionales de la salud mental] que hablan de su ansiedad, y todo bien, pero es muy diferente a decir: te doy cinco tips para superar tus traumas, esto es más complejo”, dice Ana Paula. “También están aquellos que hablan sobre cómo tener autoestima, pero el amor propio está entretejido por otros factores, no existen recetas ni manuales para aprender a amarte”.

Y que quede claro que uno no puede autodiagnosticarse o tener una terapia exprés en Tiktok. “En todas las publicaciones decimos que, si sienten los síntomas de algún trastorno, acudan a un profesional, quien los podrá diagnosticar y proponer una terapia”, dice Paolo Olivari, mientras Ana Paula deja en claro a sus seguidores que: “Un post no abarcará jamás la complejidad de un ser humano. Una interacción conmigo no significa una interacción terapéutica. Nada de lo que yo coloque sustituye o reemplaza la terapia”.

Algo que también está fuera de toda ética, según Giulia, es que “un psicólogo no puede juzgar, decir, por ejemplo, que todas las personas borderline son manipuladoras y agresivas. No puede hablar en extremos: decir ‘siempre’, ‘nunca’, ‘todos’, ‘nadie’. Cada persona es un mundo”. Y si alguien escribe pidiendo ayuda, le respondemos que, si necesita un proceso de terapia, por favor, agende una cita. No es sano hacerlo por esta vía”.

Si bien TikTok no es un terapeuta, está sembrando en muchos la semilla de la importancia de la salud mental, y estos jóvenes profesionales buscan la forma de llegar a quienes necesiten acompañamiento psicológico.