El río que Lima espera

Imaginemos que la Alameda Chabuca Granda, ubicada frente al río Rímac y al lado del histórico Puente de Piedra ocupa una superficie mucho más grande que la actual y tiene tres niveles de estacionamientos. En el espacio superior estacionan los buses que hacen los recorridos turísticos por Lima y todo el frente de ese bulevar que mira al río ha sido transformado en un área lineal comercial. Las riberas, a su vez, tienen árboles y arbustos para el solaz de la gente.

Por el borde del río ya no pasa solo el tren de carga que transporta minerales, sino que también hay un tren de pasajeros que tiene dos estaciones en el tramo que corresponde al centro histórico de la ciudad. A ambos lados de los rieles se ha generado vegetación, señalización y senderos por donde la gente puede caminar sin peligro de accidentes, acercarse al río y disfrutar de ese espacio público.

Sigamos soñando: entre el Puente del Ejército y el Puente Santa Rosa, a ambos lados lados del río, en donde actualmente hay terrenos degradados y abandonados, también hay malecones y zonas recuperadas: en Lima Cercado se ha intervenido en los barrios de Monserrate y Daniel A. Carrión, y al frente, en el distrito del Rímac, el barrio de Huascarán.

En este distrito también se ha recuperado la plaza del Estanco de la Sal, generando allí un gran parque después de liberarla de los edificios que la ocupaban. La vía de Evitamiento que era una barrera para integrar está área al río, se ha convertido en una vía subterránea. Después de eso, las obras del parque pudieron avanzar hacía el río y unirse mediante una pasarela -cruzando las aguas- al Parque de la Muralla. El Rímac y el centro de Lima ahora se han unido en un circuito fluido.

Lo descrito en los párrafos anteriores no es real, pero podría serlo. Todo eso es parte de las propuestas contempladas en el “Proyecto Especial Paisajístico Río Rímac”, que ha desarrollado Prolima, entidad de la Municipalidad de Lima, como parte del Plan Maestro del Centro Histórico al 2035 que se aprobó el 2019. El plan propone 50 intervenciones a lo largo de 4 kilómetros del río hablador, recuperando 172 hectáreas de superficie y generando 20 kilómetros de ciclovías.

Según Susana López, arquitecta urbanista y directora del proyecto, se “busca devolver al río Rímac su protagonismo como eje vertebrador de la ciudad, recuperando su paisaje hídrico, urbano e histórico, y revalorizándolo como un corredor ecológico metropolitano”.

En un artículo publicado en junio pasado, López señala que el proyecto persigue cuatro objetivos: 1) Mitigar los riesgos ocasionados por la erosión y las inundaciones. 2) Promover la movilidad sostenible y activa. 3) Mejorar la relación con su entorno urbano. 4) Devolver al río su papel como recurso hídrico, cultural, ambiental y paisajístico. “No se trata solo de un proyecto paisajístico o meramente ambiental. Esto viene reforzado por los cuatro objetivos que venimos trabajando”, dice.

La municipalidad de Lima firmó en febrero pasado un convenio con la CAF por un monto de US$600 mil, para el estudio de preinversión del Proyecto Especial Paisajístico Río Rímac. Hasta el momento se sabe que dos proyectos, el de la Alameda Chabuca Granda y el de la Plaza del Estanco de la Sal, y han sido puestos a consideración del Ministerio de Cultura y podrían ser los primeros con que arranquen las obras de recuperación del río.

Proyecto a futuro

El proyecto de recuperación del río Rímac tendrá tres zonas de intervención: La primera contemplará el área entre el puente del Ejército y el puente Santa Rosa, abarcando los barrios de Monserrate y Huascarán. La segunda zona el área entre el puente Santa Rosa y el puente Balta, abarcando la Alameda Chabuca Granda y Parque de la Muralla, e incluyendo el área del Estanco de la Sal. La tercera zona contemplará el área entre el puente Balta hasta el límite del centro histórico de Lima, abarcando el puente Huánuco, Cantagallo, las zonas residenciales de Martinete, la Feria de Libros Amazonas y la antigua muralla de Lima.

El plan también contempla replantear la movilidad de las vías que desembocan en el río (Alfonso Ugarte, Tacna,Abancay y otras), tanto del lado de Lima centro como desde el Rímac. La idea es reducir carriles, ampliar veredas, hacer ciclovías y convertirlas en corredores verdes y puertas de entrada al río ¿Será posible que el proyecto, que tomará varios años y necesita del concurso de instituciones privadas y públicas, se haga realidad? Ya ha habido propuestas de recuperación de este espacio, necesario para la ciudad, pero no se avanzó.

Una de esas propuestas fue el proyecto Vía Parque Rímac, o Río Verde, desarrollado por el arquitecto urbanista Augusto Ortiz de Zevallos y propuesto durante la gestión de Susana Villarán en la alcaldía de Lima. Para Ortiz de Zevallos el actual proyecto es decorativo y no reactivaría los barrios que toca . “Verlo como un bolsón de espacios de paseo es equivocarse de ciudad”, ha precisado.

El proyecto Río Verde planteaba, por ejemplo, un teatro para 8,000 personas, laguna artificial, plazoletas y alamedas en la zona de Cantagallo; espacios culturales y de usos mixtos en la Plaza del Estanco de la Sal, 4 nuevos puentes peatonales para unir ambas riberas; y también la ampliación de la Alameda Chabuca Granda, entre otras obras, con US$72 millones de inversión.

Hoy el río Rímac y su entorno están desconectados de la ciudad y no es el gran espacio público que debería ser. A pesar que la ciudad fue fundada al lado del río, en las últimas décadas se le dio la espalda. ¿Será posible recuperarlo como un corredor ecológico? ¿Hay propuestas para descontaminar sus aguas? ¿El próximo alcalde querrá concretar lo planteado por el “Proyecto Especial Paisajístico Río Rímac”? ¿O querrá empezar todo de nuevo? Ya es hora de que el río que acompañó nuestra historia vuelva a integrarse a la ciudad y recupere su histórico protagonismo.