La falta de combustible, una emergencia con un segundo avión, entre otras fatales coincidencias, provocaron la caída del avión que transportaba al plantel del Chapecoense., Una tragedia aérea vuelve a enlutar el fútbol. 71 personas, entre jugadores, cuerpo técnico, periodistas y tripulantes fallecieron la noche del lunes cerca de Medellín, Colombia, un evento catastrófico que prácticamente acabó con el plantel del Chapecoense. ¿Qué factores provocaron esta tragedia? Como suele ocurrir en hechos impactantes como este, fueron más de uno, según las primeras hipótesis. PUEDES VER: Tras desafortunada foto, Cristiano Ronaldo dedica mensaje al Chapecoense La tragedia comenzó en Sao Paulo. La Agencia de Aviación Civil (Anac), principal autoridad aeronáutica en Brasil, desautorizó el viaje directo del Airbus 320 hasta Medellín -avión usado usualmente por el club-, debido a que se trataba de una aeronave con autonomía de vuelo limitada a más de siete horas. Ante esta negativa, el equipo tomó la misma aeronave hasta Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y desde ahí alquiló otro avión, perteneciente a la empresa de chárter Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación (Lamia). A través de esta escala, la delegación partió desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, de Santa Cruz, rumbo a Medellín, un vuelo que debió tomar cuatro horas. En pleno viaje, en paralelo, una emergencia se produjo en el aeropuerto de Rionegro con un avión Airbus 320 de la aerolínea Viva Colombia, y que venía procedente de Panamá. Esta aeronave recibió la prioridad para aterrizar por sufrir una fuga de combustible. Ante este inconveniente con ese vuelo, Lamia quedó incorporado en la lista de espera de dicho aeropuerto. El avión del Chapecoense iba con el combustible justo, ya que no cargó sus tanques en Bogotá como estaba previsto. Momento donde se pierde contacto radar con la aeronave que transportaba al equipo #Chapecoense (@AviacionenColom) pic.twitter.com/GQBU5j2X5m — #EcuSport (@EcuSport) November 29, 2016 Según información de EFE, alrededor de las 9:30 de la noche, al menos cuatro vuelos coincidieron sobre los cielos de Medellín. Siguiendo los protocolos, la torre de control privilegió el aterrizaje del Viva Colombia. En tanto, los otros aviones debían sobrevolar la zona y Lamia -que hasta ese momento no había reportado emergencia- fue asignado a sobrevolar por encima de los 21 mil pies. Ello indicaba a su vez que una vez aterrizado Viva Colombia, Lamia no tendría el primer turno para tocar pista, sino el tercero o cuarto. Pasarían solo minutos para que el piloto del vuelo de Chapecoense se comunicara con la torre y solicitara prioridad porque se estaba quedando sin combustible. Reportes iniciales indican que se le dio la autorización, pero que en ese descenso hacia Rionegro reportó una falla total eléctrica. El avión no explotó al estrellarse, ya que no contaba con combustible.