/ Daniel Ferreyra, el arquero de César Vallejo , lee cuando no está entrenando. Lejos de las discotecas, cerca de la literatura. Admira a Mario Vargas Llosa y confiesa que mientras Víctor Rivera alista la práctica, él tiene algún libro entre las manos. Johnny Aurazo No es poeta ni pretende serlo. Tampoco tiene estudios superiores y lo suyo es hacer que el orgasmo del fútbol, el gol, sea siempre un intento fallido. No obstante, pocos saben que el argentino Daniel Ferreyra lee un libro antes, durante y después de una práctica de su equipo. Su ilusión, además de ser campeón, claro, es escribir “La historia del ‘Canguro’”, una historia exclusiva para arqueros. –Tu compatriota Ángel Cappa, en uno de sus libros, dice: “Mi cultura es la de cualquiera que leyó cuatro libros”. ¿Cuántos libros has leído, Daniel? –Bueno, hasta ahora cinco en lo que va del año. A Martín Fierro; 1810, de un historiador argentino; Mitos, de la historia de Argentina; Ejercicios matemáticos, de Coto; Contrato Social, de Rousseau; y estoy leyendo otro ya. –Si te gusta la filosofía, qué opinas de esta otra frase de Cappa: “El triunfo y la derrota son dos impostores”. –Bielsa piensa lo mismo. El triunfo en el futbolista, como casi todo en la vida, provoca en las personas olvidarse de muchas cosas; las derrotas, por su parte, te pueden hacer creer que eres el peor del mundo cuando tampoco es así. –Y leyendo Ejercicios matemáticos pretendías aprender a calcular la velocidad de la pelota… –Ja, ja, noooo... Me interesa la matemática porque en realidad desconozco muchísimas cosas que los números, a veces, ayudan a explicar. –¿Pero eres consciente de que te ves como un bicho raro en medio de tus compañeros? Lo digo porque no es común en ningún club del mundo ver a un futbolista llegar e irse con un libro en las manos. –Al principio quizás me dio un poco de pudor, pero después de tres días ya todo fue normal y siempre leo durante los viajes a las prácticas y, sobre todo, en las pretemporadas porque estamos encerrados. –¿Has leído a Vargas Llosa? –Sí. La Ciudad y los Perros, Conversación en La Catedral. Es un escritor extraordinario. –Imagino que viste la presentación de la ‘U’, club por el que estuviste muy cerca de fichar. Pudiste estar ahí, junto a MVLl... –Lo hubiese disfrutado muchísimo y me hubiera acercado a saludarlo, sin duda. Sería un momento alucinante compartir con alguien de semejante conocimiento y talento. –Sé que tu señora tiene que ver mucho en este gusto que tienes por los libros. –Es extraordinaria. Cuando nos conocimos, en el instituto de River (Plate), allá por 1997, mientras ella leía a García Márquez, yo para no quedarme dormido tenía que leer el libro de Récord Guinness. Entonces, como no podía pasar tanta vergüenza, comencé a leer hasta cogerle el gusto. –¿Y tu otro entorno también influyó mucho? En ese River fuiste compañero de Mascherano, Demichelis, Costanzo, Cavenaghi… –Mascherano es un tipo muy inteligente que pasó el colegio caminando, Costanzo estudiaba Medicina, Cavenaghi pinta en óleo. En River la exigencia al estudio era tan importante como saber darle a la pelota. La verdad es que me como los libros. La política también me encanta y me atrapa. –¿Te gustaría ser autoridad pública en algún momento? –No sé, primero tendría que estudiar. No puede ser que haya políticos que les cueste hablar o den mensajes confusos. Viajando por Áncash, vi a un niño que bajo la lluvia y la inclemencia del frío, se sacó el polo para cubrir a su chanchito. Esa imagen la tengo grabada hasta ahora.