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El 'San Martincito de Porres' que encontró su fe en el Estadio Nacional: "Si juegan así cómo se va cumplir el milagro"

Con tan solo 27 años, José Alberto Mina Caicedo se ha convertido en la cábala de la selección peruana, mientras sueña con ver a la Bicolor en el Mundial de Norteamérica 2026. Luego del resultado contra Brasil, sabe que la fe necesita esfuerzo: "Me piden ese milagro, pero yo rezando y ellos jugando así… ¡Cómo se va a cumplir!".

José Alberto Mina Caicedo se ha convertido en la cábala de la selección peruana para las Eliminatorias 2026.
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José Alberto Mina Caicedo (27), un joven proveniente de Cali, Colombia, encontró en las calles de Lima un nuevo sentido para su vida. Desde hace dos años, lo han visto vendiendo caramelos en los alrededores del Estadio Nacional, donde no solo lucha por su sustento, sino que ha encontrado un propósito especial: convertirse en el ‘San Martincito de Porres’ de la hinchada peruana. Su presencia es vista como una cábala, un símbolo de fe que acompaña a la selección peruana en cada partido.

José Alberto llegó al Perú con la idea de conocer el país y continuar su viaje hacia Argentina, pero el destino le tenía preparado un camino distinto. "Vine como turista, y al pasar por aquí, decidí quedarme. Estoy profundamente agradecido con todos ustedes por el apoyo que me brindan", recuerda con emoción en una entrevista a La República. Lo que empezó como una breve visita, se transformó en el hallazgo de un nuevo hogar.

"Soy San Martín, el milagroso"

Recuerda haber tomado la decisión de personificar al santo de la escoba tras escuchar en las calles el gran parecido que tenía con el religioso: "Me decían que me parecía a San Martín de Porres. Empecé a averiguar su historia y vi las similitudes con mi vida. He tenido visiones con él", relata José Alberto.

Inspirado, decidió vestirse con la túnica del santo y acudir al Estadio Nacional durante el encuentro de Perú contra Uruguay por las Eliminatorias 2026. "Dos personas de la Federación me ayudaron a ingresar. Como cosa de Dios, fui a 'bendecir' ese partido", narra.

Desde ese día, se ha convertido en un símbolo de fe para la hinchada peruana, y no solo eso, sino también en un peruano más, como él mismo lo dice. “Me compré el escudo y me decidí vestir de San Martín para apoyar a la bicolor. Si los peruanos siempre me han apoyado, yo los apoyo de regreso”, dice con firmeza.

Su lucha continúa para ganarse un lugar definitivo en este país que tanto ha aprendido a amar. Está tramitando su DNI, un paso más para cumplir su sueño de quedarse. "Quiero mi DNI y pido ayuda", dice para La República.

Mina Caicedo encontró en el Perú una segunda patria. Ahora camina por las calles limeñas con su túnica de santo, llevando esperanza a una hinchada que ha hecho de él su cábala. Su fe y el deseo de que la selección peruana vuelva a brillar en el Mundial lo acompañan en cada partido.

Un pedido a la selección: "Jueguen con amor y pasión"

El reciente partido contra Brasil dejó un sabor amargo en la afición peruana y José Alberto no fue la excepción. "Nos dejaron mal, pero hay que levantarse. Necesitamos que los jugadores salgan a la cancha con berraquera, con sudor y con esfuerzo. Vamos a ganarle a Chile", anima de manera firme. Él cree que la selección peruana tiene potencial, que puede soñar con un lugar en el Mundial 2026 y que él, como 'San Martincito de Porres', puede ser la chispa que encienda ese sueño.

Sin embargo, sabe que la fe también necesita de compromiso. "Yo soy San Martín de Porres y la gente me pide ese milagro, pero yo rezando y ellos jugando así (…) ¡Cómo se va a cumplir el milagro!" exclama entre risas y seriedad, mientras pide a los jugadores que "jueguen con amor, con entusiasmo, con pasión, defendiendo un país".