Peruanos en los Juegos Olímpicos 2024: las gemelas que llevarán el remo peruano al certamen deportivo.

Valeria Palacios (23) dice que esa mañana en Río, apenas acabó la carrera y mientras ella y su hermana Alessia se acercaban con su bote a la planchada correspondiente al equipo peruano, destruidas, exhaustas, pero sabedoras de que, al haber llegado en segundo lugar, habían clasificado a los Juegos Olímpicos París 2024, lo único que querían saber era una cosa: si Adriana Sanguinetti, su mejor amiga, la “tercera hermana”, la “trilliza”, también había clasificado.

Con Adriana se conocían desde niñas. Primero, habían sido rivales en los torneos en los que ella representaba al Club Regatas Lima y las gemelas al Regatas Universitario. Después, participaron juntas en varios campeonatos internacionales, representando al Perú, en viajes que las unieron cada vez más y en los que descubrieron que tenían muchas cosas en común.

“Somos como hermanas”, dice Alessia Palacios. “Nos conocemos desde que comenzamos en remo, empezamos a la misma edad y, cuando nos conocimos, vimos que teníamos varias cosas en común. Ahora parecemos trillizas”.

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Las gemelas y su mejor amiga se habían preparado juntas para ese torneo preolímpico en Río de Janeiro. Desde noviembre, habían madrugado al menos cuatro veces por semana en Paracas para salir a remar 20 kilómetros por las mañanas y entrenar con el ergómetro, hacer gimnasio o salir a correr por las tardes. Bajo la dirección de su técnico, Diego Mejía, habían trabajado juntas la resistencia y la potencia en brazos y piernas. Las tres eran un equipo.

Por esa razón, apenas desembarcaron en la planchada, Valeria y Alessia corrieron hacia Adriana, quien las estaba esperando, y le preguntaron si había clasificado. Ella les contestó que sí, a gritos. Las amigas se abrazaron y empezaron a saltar, felices, emocionadas. Era la primera vez en la historia del remo peruano que dos botes de mujeres clasificaban a unos Juegos Olímpicos. Y era un sueño que las tres habían tenido desde pequeñas.

Triunfos históricos

Valeria y Alessia Palacios comenzaron a entrenar a los 12 años, en La Punta, su barrio, motivadas por su padre, el experimentado bogador Jorge ‘Coco’ Palacios. Estimuladas por sus victorias tempranas, a los 17 años participaron en los Panamericanos Lima 2019, ilusionadas con conseguir una medalla, pero quedaron lejos. Quizás eran muy jóvenes. Sin embargo, las preseas internacionales no tardaron en llegar.

Su primer gran triunfo fue en los Bolivarianos de 2022. En esa ocasión, por poco no compiten: estaban con casi dos kilos por encima del peso promedio, 57 kilos, y tuvieron que correr por más de hora y media, bajo el candente sol de Valledupar, Colombia, para quemarlos. Gracias a su gran condición física, el súbito corte de peso no las afectó y terminaron ganando la carrera en su categoría, dobles ligeros, y haciéndose de la medalla de oro.

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En junio de ese año, Valeria y Alessia marcaron historia al convertirse en las primeras remeras peruanas en obtener una medalla olímpica, en este caso, la de plata, en el Mundial de Remo Olímpico Sub-23 celebrado en  Varese, Italia. Esta hermosa ciudad, a orillas de un lago que lleva su nombre, se convertiría tiempo después en el lugar elegido para prepararse de cara a los Juegos Olímpicos de París.

Pero antes de eso, tenían que clasificar. El escenario elegido fue el Campeonato Preolímpico de Remo 2024, en Río. Valeria Palacios dice que conseguir presentarse a ese preolímpico no les fue fácil. “Hicieron unas eliminatorias y yo las gané y solo me querían llevar a mí, pero no a mi hermana ni a Adriana”, dice, refiriéndose a las autoridades de la Federación Peruana de Remo. “Con mi club peleamos para que mi bote no se desarme y el de Adriana tampoco. Las tres habíamos demostrado que éramos los mejores botes del Perú. En los Panamericanos fuimos los botes mejor rankeados de Perú”.

Consultado por La República, el presidente de la federación, Sergio Viacava, negó que se les haya querido impedir participar en los preolímpicos y dijo que los cupos para ir a Río se definieron en pruebas internas y en reuniones que tuvo la comisión técnica de ese organismo.

En la ciudad brasileña, en la laguna Rodrigo de Freitas, las gemelas se ganaron su clasificación a París a pulso, dejándolo todo, en  una carrera que estuvieron a punto de ganar, hasta que una arremetida final de las argentinas las relegó al segundo puesto. Adriana Sanguinetti, batalló, por su lado, para alcanzar el quinto lugar en singles ligero femenino y asegurar su boleto a las Olimpiadas.

Después de unos días de descanso en Lima, la noche del martes último, Valeria, Alessia y Adriana volvieron a Río para entrenar en las mismas aguas donde obtuvieron su clasificación olímpica. Dentro de un mes volverán, solo para volver a irse, el 12 de mayo, esta vez a Europa. Varese, la ‘Ciudad Jardín’ de Lombardía, será su sede de entrenamiento. De allí se moverán a Lucerna, Suiza, y, después, a Poznan, Polonia, para competir en la segunda y tercera fecha de la Copa del Mundo de Remo.

El 26 de julio arrancan las competencias en París. Sergio Viacava, presidente de la federación peruana, cree que las gemelas Palacios están en condiciones de ubicarse entre las seis primeras de su categoría. Valeria dice que su objetivo es conseguir una medalla o, en el peor de los casos, un diploma olímpico. “Cuando éramos niñas, las tres soñábamos con ir a las olimpiadas juntas”, dice. “Ahora lo hemos conseguido. Vamos a cumplir nuestro sueño”.

“Es una clasificación histórica”

Enfoque. Sergio Viacava, presidente de la federación Peruana de remo

Es la primera vez en la historia del remo peruano que se clasifican dos tripulaciones de mujeres —el bote de las hermanas Palacios y el bote de Adriana Sanguinetti— a los Juegos Olímpicos y eso es muy importante, es histórico. Y desde Los Angeles 84 que se vuelve a los juegos con un bote de conjunto. Vista su medalla de plata en el Preolímpico de Río, se podría decir que Valeria y Alessia son las segundas en su categoría en Latinoamérica. Creo que, de cara a París 2024, tienen todas las condiciones para estar, por lo menos, entre las seis primeras del mundo.