Juan Vargas y la vez que golpeó a Christian Cueva: “Se puso malcriado y le metí un ‘soplamoco’”
El exjugador de Universitario reveló una anécdota que vivió con ‘Aladino’ en el año 2015 cuando disputó la Copa América con la selección peruana.
Juan Manuel Vargas sigue dando que hablar con sus reveladoras declaraciones en una conversación con Luis el ‘Cuto’ Guadalupe. El popular ‘Loco’ ha contado varias anécdotas y datos sobre su carrera como la ocasión que pudo fichar por Estudiantes de La Plata antes de volver a Universitario. Además, hay un recuerdo que tuvo con Christian Cueva.
El exjugador de la Fiorentina coincidió con Aladino en la selección peruana, cuando este último era aún joven y no tenía el peso ni la figura que tiene en la actualidad. Asimismo, dijo que hoy en día mantiene contacto con el volante del Al-Fateh de Arabia Saudita.
Christian Cueva y Juan Vargas compartieron divertidos momentos afuera de la cancha. Foto: Archivo
No obstante, esta situación no siempre fue así. Según reveló el mismo Vargas, Cueva se tomó licencias que él no se las dio. Narró que le metió una cachetada a la cara, luego de que Christian lo molestara con un nombre en particular, quien sería un personaje de la farándula.
Este hecho sucedió luego de que haya terminado la Copa América de Chile 2015. Vargas junto a Claudio Pizarro y otros compañeros fueron de comprar y cuando regresaron al establecimiento, se unieron a un brindis con el resto de jugadores.
Según el ‘Loco’, fue Jefferson Farfán quien comenzó a fastidiarlo, pero a diferencia de Cueva, ‘La Foquita’ tenía bastante confianza con él. “Él (Christian) suelta un nombre, la ‘innombrable’. Yo dije: ‘este chiquillo está malcriado’. Se me acercó y le metí un ‘soplamoco’ tan fuerte, su gorra se fue para un lado y su cabeza para el otro. Se picó y me quiso agarrar a botellazos”, sostuvo.
Juan Manuel Vargas y Christian Cueva obtuvieron la medalla de bronce con Perú en la Copa América 2015. Foto: AFP
“Estaba loco porque me quería tirar un botellazo. Hasta que lo encontré en su cuarto y le dije: ‘Cómo vas a hacer eso, para qué dices ese nombre’. Se disculpó y nos amistamos. Al día siguiente, lo encontré y ‘santo remedio’. Estaba calladito, tomando su desayuno”, agregó.