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PROFESOR con condición especial fundó una academia donde enseña GRATIS y ahora sueña con ingresar a la UNI

Su vocación de enseñar lo motivó a fundar su propia academia preuniversitaria, donde brinda clases gratuitas a los estudiantes sin recursos. Aunque tiene una extraña enfermedad, esta no le fue un obstáculo para lograr sus objetivos. Conoce la historia de Miguel Salinas.

El joven trujillano es un ejemplo de superación para sus estudiantes. Foto: composición LR/cortesía de Miguel Salinas
El joven trujillano es un ejemplo de superación para sus estudiantes. Foto: composición LR/cortesía de Miguel Salinas

La resiliencia es una característica arraigada en Perú: a pesar de los desafíos económicos y sociales, los peruanos encuentran formas ingeniosas de salir adelante. Con determinación, siempre aprovechan todos los recursos locales y tratan de construir un futuro mejor. Tal es el caso de Miguel Salinas, un joven de Trujillo que decidió fundar su propia academia para ayudar a los postulantes a ingresar a las diversas universidades de la región. Aunque no ha estudiado la carrera de educación, sabe muy bien que tiene el servicio y la vocación de enseñanza. Además, también sueña con ingresar a una de las casas de estudios más exigentes del país: la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).

En entrevista para La República, te contamos más sobre el joven de 22 años que está dispuesto a ayudar a otros estudiantes a ingresar a la universidad de sus sueños.

Miguel Salinas, el fundador de la academia preuniversitaria Dino Prix

El trujillano de 22 años, quien vive en el distrito de Florencia de Mora, padece del síndrome de focomelia, una enfermedad congénita extremadamente rara y grave en la que los bebés nacen con extremidades muy cortas o ausentes.

Miguel, actualmente, estudia Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) y a la par enseña de manera gratuita en su academia preuniversitaria Dino Prix, la cual fundó cuando aun la pandemia por el COVID-19 estaba vigente.

"(La academia) salió producto de una idea entre amigos. Cuando estaba en la etapa preuniversitaria, yo conocí a dos amigos que lamentablemente no lograron ingresar y ellos me dijeron: 'Oye, hay que estudiar juntos'. Así nace la idea de querer, digamos, ayudar, aprovechando también la situación de la pandemia", comentó.

Miguel durante una de sus clases presenciales. Foto: cortesía de Miguel Salinas

Miguel durante una de sus clases presenciales. Foto: cortesía de Miguel Salinas

El trujillano enseña de forma virtual y, en cada clase, recibe al menos 60 alumnos que se están preparándose para ingresar a una universidad pública de la región, como la UNT o la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas.

No solamente Miguel es quien enseña en 'Dino Prix', sino que también otros de sus amigos lo apoyan para que estudiantes que no tengan los recursos puedan recibir clases e ingresar a una universidad.

"He trabajado en la academia preuniversitaria Universal de manera presencial, donde enseñaba cívica", indicó el profesor, quien que ya tiene experiencia en la enseñanza.

Miguel Salinas y su sueño de ir a la UNI

A sus 22 años y a punto de culminar su carrera, Miguel quiere seguir sus estudios, pero en una carrera profesional muy diferente a la que actualmente estudia: ingeniería civil. La casa de estudios a la que sueña ingresar es la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), conocida por tener el examen de admisión más difícil.

"Lo hago (su próxima postulación a la UNI) porque me gustan las matemáticas. En el colegio, siempre que he podido, me ha gustado participar en concursos de matemáticas como la Olimpiada Nacional Escolar de Matemática (ONEM). Siempre he estado en el mundo de matemáticas", comentó.

Una de las clases virtuales de la academia Dino Prix. Foto: cortesía de Miguel Salinas

Una de las clases virtuales de la academia Dino Prix. Foto: cortesía de Miguel Salinas

Finalmente, Miguel afirmó que la vocación de enseñar debe ser abrazada con un fuerte compromiso ético, respaldada por el apoyo constante y, sobre todo, debe estar acompañada por una genuina pasión por la enseñanza.

"Para enseñar hay que tener bastante ética, hay que apoyar y sobre todo tiene que gustarte enseñar. Tienes que verlo como un hobby, como algo que te gusta, no como una obligación, porque si lo ves como obligación, tus alumnos van a sentir mal la clase", sentenció.