Datos lr

El fugaz sueño de la Confederación Perú-Boliviana: duró menos de tres años y Chile propició su caída

La Confederación Perú-Boliviana, un proyecto que buscaba consolidar el poder en la región, enfrentó resistencias externas e internas que aceleraron su desaparición en menos de tres años

La Confederación Perú-Boliviana fue un proyecto político que buscó la unificación de Perú y Bolivia en un solo estado. Foto: composición LR
La Confederación Perú-Boliviana fue un proyecto político que buscó la unificación de Perú y Bolivia en un solo estado. Foto: composición LR

La unión entre Perú y Bolivia fue considerada un proyecto ambicioso cuando ambas naciones llevaban pocos años como repúblicas. La Confederación Perú-Boliviana fue una nación creada unos años después de la emancipación de Sudamérica, con el propósito de fortalecer los lazos culturales entre ambas.

En 1835, Perú atravesaba una grave inestabilidad política, marcada por divisiones internas, constantes cambios de presidentes y una economía frágil. En ese contexto, surgió la idea de fusionarse con un país vecino como solución a la crisis. La situación empeoró debido a la confrontación del presidente Luis José de Orbegoso, quien enfrentaba levantamientos tanto en la costa como en el sur, lo que oscurecía aún más el panorama político del país.

Pero, ¿cómo se llevó a cabo esta unión y cuáles fueron las razones por las que no duró mucho tiempo? Aquí te lo contamos.

 Andrés de Santa Cruz fue el principal gestor de la unificación entre ambos países. Foto: AFSDP

Andrés de Santa Cruz fue el principal gestor de la unificación entre ambos países. Foto: AFSDP

El nacimiento de una nueva nación

Ante la amenaza de una rebelión liderada por Felipe Santiago Salaverry, el presidente Luis José Orbegoso buscó el apoyo del general boliviano Andrés de Santa Cruz para pacificar el Perú. A cambio, Orbegoso cedió a Santa Cruz sus facultades como gobernante y permitió la organización de asambleas en el norte y sur del país para discutir una posible unión con Bolivia.

En esa época, los partidarios no lograban llegar a un consenso sobre qué país se beneficiaría más o cuál se convertiría en la región hegemónica. La propuesta de una unión entre ambas naciones fue impulsada por consideraciones estratégicas, económicas, sociales y políticas.

El general Santa Cruz, después de recibir plenos poderes, decidió dividir al Perú en dos estados: Norperuano y Surperuano. Además, anexó Bolivia, formando una confederación de tres estados con el objetivo de evitar la supremacía territorial del Perú y equilibrar el poder entre los territorios.

Luego de pactar la unión con Orbegoso, Santa Cruz envió cinco mil soldados bolivianos y, para febrero de 1836, lograron aplastar todas las rebeliones separatistas. También ejecutaron a Felipe Santiago Salaverry, lo que permitió que el general paceño quedara como el absoluto dueño del Perú.

En marzo de ese año se formó el Estado Sur-Peruano, y en agosto, el Estado Nor-Peruano. Ambas regiones, junto con Bolivia, nombraron a Santa Cruz como "Supremo Protector" de la Confederación Perú-Boliviana.

En octubre de 1836, se formalizó la creación de la Confederación para darle paso a una nueva nación. Sin embargo, la entidad no duró mucho tiempo.

¿Cómo funcionaba la Confederación?

La naciente Confederación Perú-Boliviana tenía como propósito priorizar a los estados que la conformaban, lo que significaba que cada uno contaba con su propio gobierno, pero estaba sujeto a la autoridad del 'gobierno general', encargado de las funciones diplomáticas, militares y económicas de la Confederación, así como de elegir a los presidentes de los estados.

El jefe de Estado era el general Santa Cruz, y su mandato tenía una duración de diez años con posibilidad de reelección. Este proyecto también tenía como objetivo que Bolivia tuviera acceso al mar mediante la anexión de Arica. Todo esto desencadenó descontento en el ejército peruano y generó un conflicto con los intereses del país, sobre todo en el norte del Perú.

Además, Lima, capital del Virreinato durante muchos años, temía perder su estatus como la ciudad más importante e influyente de la región.

Las discrepancias internas han provocado que esta unión tenga una inminente fecha de caducidad, ya que el norte del Perú vio afectado su negocio de exportación de azúcar a Chile y no tenía la misma conexión con el estado Sur-peruano que este tenía con Bolivia.

Chile y Argentina se oponían rotundamente a la unificación

En las fronteras cercanas a la Confederación, Chile mostró su postura de que la unión debía desaparecer, ya que, según el ministro chileno de aquel entonces, Diego Portales, el país sureño la veía como una amenaza para sus intereses y buscaba 'el equilibrio de poder en el Pacífico sudamericano'.

En una conocida carta de septiembre de 1836, Portales afirmó que 'la situación de Chile ante la Confederación Perú-Boliviana es insostenible' y que 'ni el pueblo ni el gobierno pueden tolerarla, ya que sería equivalente a un suicidio'.

La rivalidad por los sectores comerciales y económicos era latente; por ello, desde la posición chilena, se temía que renaciera el extinto Virreinato del Perú y que dicha unión se tradujera en un desarrollo más avanzado.

Por ello, en diciembre de 1836, Chile declaró la guerra a la Confederación, con el argumento de que esta amenazaba la independencia de otras repúblicas americanas y por el temor a que la Confederación dominase el Pacífico. Posteriormente, en mayo del año siguiente, Argentina también le declaró la guerra a la Confederación. No obstante, en junio de 1837, el líder Portales fue asesinado, y la posibilidad de terminar con el gobierno de Santa Cruz parecía una utopía.

 Chile se opuso rotundamente y le declaró la guerra a la Confederación. Foto: Memorias de Chile

Chile se opuso rotundamente y le declaró la guerra a la Confederación. Foto: Memorias de Chile

La expedición restauradora y fin de la Confederación

Los militares peruanos exiliados en Chile, tras la rebelión contra Orbegoso, apoyaban la lucha contra Santa Cruz, a quien veían como un obstáculo político. Chile consideró a Perú un aliado clave para derrocar el régimen de Santa Cruz.

Así, Chile envió su primera tropa restauradora, que estaba formada por soldados y oficiales peruanos bajo el mando del general chileno Manuel Blanco Encalada.

El 20 de enero de 1839, tras dos enfrentamientos y movimientos separatistas de la flota peruana, el ejército restaurador venció al ejército confederado en la decisiva batalla de Yungay.

Después de la victoria, Chile se retiró de Perú, y Santa Cruz huyó a Lima y luego a Arequipa, falleciendo en Francia en 1865. La derrota en 1839 provocó la rápida disolución de la división entre los estados sur y norperuano, lo que llevó a la desintegración de la Confederación Perú-Boliviana.

Así fue cuando Chile y Perú unieron fuerzas para detener las aspiraciones del general Santa Cruz y desmantelar una Confederación que provocó más divisiones que avances.

Actualmente, Perú y Bolivia son naciones independientes. Aunque en 2011 Ollanta Humala intentó revivir el proyecto de confederación, no se concretó, y no existe una alianza política formal entre ambos países.