Una novela incombustible: “Generación cochebomba” de Martín Roldán Ruiz
Acaba de aparecer en Argentina, bajo las editoriales Alto Pogo y Piloto de Tormenta, una nueva edición de la celebrada novela de Martín Roldán Ruiz. ¿A qué se debe la vigencia de esta novela?

Generación Cochebomba, de Martín Roldán Ruiz, es una de las novelas peruanas más ambiciosas y logradas del decenio 2000-2010.
La novela se publicó en el año 2007, en una edición de autor que a la fecha es muy requerida por los seguidores de la novela. Por ser una edición de autor, podemos colegir que sus materiales eran modestos, pero ello no iba en contra del diseño del libro; entre el fanzine y la separata, la edición exhibía todos los componentes del hazlo tú mismo.
Esa edición tuvo la mejor promoción: la recomendación de los lectores mediante el boca-oreja. Esa recomendación no solo se circunscribía al circuito subte (o lo que quedaba de él), porque los lectores que empezó a conseguir Generación cochebomba eran prácticamente jóvenes. No eran solo los tíos que tuvieron que vivir una de las etapas más crudas de la historia peruana reciente, en las que se ambienta la novela.
Como toda buena novela, antes que lenguaje, lo que debe exhibir es un personaje sólido. Roldán, en este orden de cosas, nos presenta a Adrián R., que es tranquilamente su alter ego. Adrián R. es un muchacho al que le gusta el rock punk y caminar por el centro de Lima. Estamos a finales de los años 80 e inicios de los 90, y el país mostraba todas las razones para ser abandonado. Crisis económica, violencia social, descontento, terrorismo, gobierno corrupto. Esa atmósfera desalentadora la captó el autor y la supo plasmar en una novela coral y deudora de la estructura de Conversación en La Catedral de Vargas Llosa (para plasmar precisamente lo coral), pero lo que proyectaba Generación cochebomba, más que un mural social, era una resistencia festiva ante el horror.

Primera edición de Generación cochebomba. Imagen: Difusión.
Desde ese lejano 2007 a la fecha, la novela de Roldán ha llegado a ser editada en España, México y otros países latinoamericanos. Pasó de una edición de autor a ser parte del catálogo de Seix Barral, y ahora arriba a Argentina vía dos editoriales independientes. Este es un tránsito que no puede pasar desapercibido.
¿En qué radica la vigencia de Generación cochebomba? He pensado en una posible respuesta que haga el amago de acercarnos a su lozanía y vigor proyectivo. Repito: no es el lenguaje. El estilo de nuestro autor es funcional, no es protagonista. La buena salud de Generación cochebomba no pudo erigirse debido a la elasticidad verbal; de haber sido así, estaríamos ante una novela delatada desde las primeras líneas por su axiomática falsedad. Aquí nos topamos con un estilo duro y conciso; no había otro si se pretendía reflejar a una generación de muchachos perdidos, indecisos en cuanto al derrotero a seguir en sus vidas, llenos de rebeldía y seguidores de un anarquismo drogo, muy característico de la época, por cierto.
Generación cochebomba es igualmente un tributo acrisolado a Vargas Llosa, Enrique Congrains, Oswaldo Reynoso, Miguel Gutiérrez, Cronwell Jara, es decir, a los que han escrito desde las aceras, las pistas, desde la suciedad de nuestras calles, sin alejamiento de la visión política de la realidad representada. Es que no nos hagamos problemas: la novela de Roldán exuda política, y de la más temible, la política del desconcierto de los jóvenes que no sabían qué mierda hacer con sus vidas, de jóvenes que vagaban por las calles en busca, sin buscar, de algo que al menos les justifique la razón de tanto mataperreo.
Adrián R. encuentra la política, o se acerca a ella mediante un recurso stendhaliano: el amor. Adrián R. se enamora de Olga. Olga no tiene padre. Su padre fue un policía asesinado por Sendero Luminoso.

Edición argentina a cargo de Alto Pogo y Piloto de Tormenta. Imagen: Difusión.
En Generación cochebomba están los conflictos discursivos de la época. ¿En dónde están la paz y el bienestar?, ¿son los malos aquellos de quienes nos dicen que quieren destruirnos?, ¿son los buenos los que están en el poder? En ese cruce de impresiones, en mi opinión, está la riqueza de una novela que no es perfecta en lo formal, pero que sacude mucho en su intensidad a cuenta de la fricción de los conceptos que tienen los personajes de su realidad inmediata. Esa tensión es el factor universal que firma la vigencia de la novela. No tienes que ser un seguidor de lo subte para hallar valor literario en Generación cochebomba.
Hay que tener en cuenta que los jóvenes de la novela representan a una facción de la juventud peruana de la época 80-90. Una facción pequeña, porque obviamente no toda la juventud peruana de esos años gustaba del punk o lo subte, pero que tuvo el gran mérito de hacer cosas, y algunas de estas cosas nos siguen hablando hasta ahora. No es poco.















