László Krasznahorkai gana el Premio Nobel de Literatura 2025 por "reafirma el poder del arte en medio del terror apocalíptico”
La Academia Sueca anunció la victoria del escritor húngaro László Krasznahorkai, a quien resaltaron por su obra que explora la condición humana en tiempos de crisis.
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El escritor László Krasznahorkai fue elegido como el ganador del Premio Nobel de Literatura 2025, así lo anunció este jueves 9 deoctubre la Academia Sueca. El jurado, conformado por seis miembros de la mencionada institución, destacó al escritor húngaro “por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. Con una prosa intensa y lenta, no apta para cualquier lector, el autor construyó a lo largo de cuatro décadas una literatura que explora la condición humana frente al derrumbe moral y espiritual del mundo contemporáneo.
Considerado una de las voces más singulares de la narrativa centroeuropea, Krasznahorkai —nacido en Gyula, Hungría, en 1954— es autor de obras como Melancolía de la resistencia, Guerra y guerra y El barón Wenckheim vuelve a casa, todas publicadas en español por la editorial Acantilado. Su estilo, marcado por largas oraciones, atmósferas densas y una visión apocalíptica del destino humano, lo ha convertido en un referente literario, que hoy con el máximo reconocimiento del mundo de las letras reafirma la trascendencia de una obra que invita a reflexionar sobre la fragilidad del mundo y la persistencia del arte como refugio ante la oscuridad.
¿Quién es László Krasznahorkai, el ganador del Premio Nobel de Literatura 2025?
László Krasznahorkai es uno de los escritores más enigmáticos y respetados de la literatura contemporánea. Nació en Gyula, Hungría, en enero de 1954, y desde sus primeros años se interesó por el lenguaje como una forma de resistencia frente a la realidad. Aunque inició estudios en Derecho en las Universidades de Szeged y de Budapest, pronto lo dejó para seguir la carrera de Filología Húngara en 1977.
Desde aquel año comenzó a sumergirse en la literatura, con publicaciones en revistas como “Mozgó Világ”. Su primera novela, Sátántangó (1985), lo consagró como una de las voces más originales de Europa del Este y fue adaptada al cine por el reconocido cineasta húngaro Béla Tarr, con quien mantuvo una estrecha colaboración artística.
A lo largo de su carrera, Krasznahorkai ha construido una obra que se mueve entre lo apocalíptico y lo trascendental, donde la decadencia del mundo moderno se contrasta con una búsqueda obstinada de belleza y redención. En obras como Melancolía de la resistencia, Guerra y guerra o El barón Wenckheim vuelve a casa, el autor explora la soledad, el delirio y el sentido de la existencia en un lenguaje tan desafiante como hipnótico. Su escritura, que rehúye la estructura convencional y exige una lectura pausada, ha sido traducida a más de 10 idiomas; en español, por la editorial Acantilado.
En 2024, en conversación con El País, de España, el hoy nobel de literatura señaló que el mundo va muy acelerado para la literatura sin prisa, argumentando que estudios han demostrado que niños se cansan y no pueden concentrarse luego de leer media página. No esperaba ciertamente que esa literatura lenta le otorgaría el mayor galardón de las letras.
¿Cuál fue el último latinoamericano que ganó el Premio Nobel de Literatura?
El último escritor latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Literatura fue el peruano Mario Vargas Llosa, en 2010 “por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. Desde entonces, la región no ha vuelto a tener otro galardonado, a pesar de la presencia constante de autores latinoamericanos entre los favoritos en las quinielas previas al nombramiento. Sus obras emblemáticas —La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo—, lo llevaron a la fama, destacando su riqueza narrativa que habla sobre los problemas políticos que caracterizan a América Latina.
El reconocimiento al autor peruano marcó también un punto de inflexión en la historia del Nobel, pues puso fin a una larga espera desde que el mexicano Octavio Paz lo obtuviera en 1990.





















