Estrenos nacionales en peligro a causa de incumplimiento del Mincul
Así como es una tontería decir que nadie va a ver películas peruanas, del mismo modo lo es afirmar que estas gocen del favor del público (no hay que mentir). El cine nacional, en cualquier parte del mundo, no se conduce bajo cauces comerciales.

En La República se han consignado todos los actos de censura cultural que se vienen dando en el gobierno de Dina Boluarte. Esta serie de cancelaciones, no se dio como efecto de un hecho gradual, sino desde el mismo momento en que Boluarte asumió la presidencia.
Pero Boluarte no está sola en esta empresa. Están con ella la derecha del Congreso y grupos políticos y sociales ultraconservadores. Es una mescolanza en donde podemos ver lo que se cree que es cultura, el borrado de la memoria de nuestro pasado reciente (años de la violencia política o años del terror) y la anulación de todo pensamiento crítico que provenga de la izquierda. Así de básico es, y bajo esa dinámica se ha estado actuando.
En su momento lo dijimos, está cancelación cultural se hace con el servicio de “personas informadas del acontecer cultural, que no solo van a conferencias, del mismo modo a exposiciones y presentaciones de libros (leen), y gratis no lo están haciendo, de acuerdo con nuestras fuentes y el sentido común”.
En las últimas horas, de acuerdo con una nota de La República de Adrián Sarria Muñoz, 11 películas peruanas corren el riesgo de no estrenarse en salas comerciales debido a que el Mincul no otorga, hasta el momento, el presupuesto asignado para su distribución. No es un favor del Mincul, es lo que esta institución debe cumplir, porque este desembolso de dinero es parte de los estímulos económicos otorgados a estas producciones de Ayacucho, Arequipa y Puno.
Así como es una tontería decir que nadie va a ver películas peruanas, del mismo modo lo es afirmar que estas gocen del favor del público (no hay que mentir). El cine nacional, en cualquier parte del mundo, no se conduce bajo cauces comerciales. El cine nacional existe porque es una fuente de memoria y si sobre la base de ello se da un éxito de público, bien; si en caso no, no es para alarmarse. Las leyes de cine, lo repetimos, no se justifican por criterios comerciales, sino culturales. Estas leyes son un pararrayos.
El Mincul, al no otorgar el presupuesto asignado a la distribución de estas películas, no busca que la gente no vaya a verlas (creer eso es caer en la ingenuidad), simplemente no quiere cumplir por tratarse de películas del interior, que son consideradas como portadoras de ideas subversivas, entre otras cosas. Así vayan 100 mil personas o los familiares del director, da lo mismo. El gobierno no quiere que haya crítica en lo que considera que debe ser cultura.
Lo que hay en la ley
La famosa ley de cine, impulsada por la derecha del Congreso, existe debido a que la anterior ley era un estorbo en cuestión de impuestos para la producción extranjera. Sobre esa ley divorciada de la realidad local, los congresistas de derecha enhebraron un laxo discurso cultural, el cual puso en evidencia su ignorancia sobre lo que es la naturaleza de un cine nacional. El cine nacional de cualquier país forja su público con el paso del tiempo.















