El ensayo de Alonso Cueto sobre Mario Vargas Llosa: “Palabras en el mundo”
El reconocido autor Alonso Cueto repasa la obra de Vargas Llosa de una manera didáctica y a la vez demuestra que es uno de nuestros ensayistas más sólidos.

El domingo 13 de abril de este año, falleció uno de los hombres más importantes en la historia de Perú: Mario Vargas Llosa. En el circuito cultural, y no solo peruano, se sabía que nuestro nobel de Literatura no estaba bien de salud. A razón de su cumpleaños 89, el 28 de marzo, se publicaron libros sobre su vida y obra. Pensemos en Vargas Llosa, su otra gran pasión (Planeta) de Pedro Cateriano, quien aborda el tránsito político de Vargas Llosa. Y el otro, que pasaremos a comentar: Mario Vargas Llosa. Palabras en el mundo (Alfaguara) de Alonso Cueto.
Después de la partida de Vargas Llosa, estamos siendo testigos de homenajes y de publicaciones que nos proporcionan más luces sobre su legado literario, cultural y político. Pero a diferencia de estos títulos, los de Cateriano y Cueto parten de una ventaja: ambos fueron amigos de Vargas Llosa. El de Cateriano es un texto novedoso por la sencilla razón de que no abundan libros sobre el carácter político de Vargas Llosa. En cambio, el de Cueto se suma a una lista larga de libros que se han publicado sobre la poética de Vargas Llosa. Debe ser uno de los autores hispanoamericanos del que más libros se han escrito y esto es algo que, supongo, Cueto sabía antes de ponerse a armar el suyo. Cateriano y Cueto sabían que a Vargas Llosa no le quedaba mucho tiempo. Sin duda, son proyectos especiales para ambos autores, y tras leerlos, se posicionan sobre aquellos libros que han sido publicados por el oportunismo editorial.
A diferencia de muchos especialistas en Vargas Llosa, Cueto saca lustre a las grandes ventajas que proporciona el ensayo como registro. En los seis capítulos (“Un mosaico en movimiento”, “Una teología del poder”, “El viaje a la utopía”, “En la cabalgadura del Quijote”, “La legión francesa” y “Un contador de historias”) que conforman la publicación, el autor no cae en la exhibición de conocimiento, no se pierde en los vericuetos del dato escondido, ni hace uso de una jerigonza a ser celebrada por cuatro gatos.
Palabras en el mundo es el libro que le hubiera gustado leer a Vargas Llosa sobre su propia obra porque está escrito en un código que admite muchos registros y que otorga la suficiente libertad discursiva para ejecutarlos. Vargas Llosa amaba tanto la ficción como el ensayo. Cueto es capaz de encontrar lazos comunicantes entre novelas que en apariencia no dialogan, pero que sí lo hacen bajo su mirada especulativa (el corazón del ensayo) y en base a ella argumenta no para sentenciar, sino para establecer una conversación con el lector incluso en las diferencias conceptuales (el libro es una invitación a la discusión).
El Esclavo, el Jaguar, Pantaleón, Zavala, Rigoberto y los demás personajes del universo vargasllosiano, por poner un ejemplo colectivo, son presentados como fisuras emocionales y morales de una sensibilidad que ha ido cambiando de acuerdo a las circunstancias vitales, muchos de ellos ven el sexo no solo como una vía de placer, es igualmente una forma dominio sobre el otro. Así lo ve Cueto. A lo mejor, muchos estén de acuerdo, mientras que otros no. Esa es la magia de Palabras en el mundo: no da verdades absolutas sobre Vargas Llosa y deja una inquietud: terminas el libro y te dan ganas de revisar los libros de un autor que puso en la ficción sus ideales de libertad (lo quijotesco que precisa Cueto como impulso para Vargas Llosa).
Cueto recorre tópicos ya ubicados para el conocedor de la obra de Vargas Llosa, pero el libro es del mismo modo una buena introducción para los lectores jóvenes que aún no conocen la obra de este peruano, literalmente, irrepetible. En ambas parcelas, se siente una actitud que va más allá del conocimiento de la materia (eso se puede conseguir con disciplina y voluntad), esta postura se ve en toda la obra de ficción y no ficción de Cueto: el asombro.
La ficción admite capas para transfigurar, en cambio en el ensayo es distinto, delata en el instante las intenciones del autor de turno. Palabras en el mundo no solo es un muy buen libro de entrada al mundo vargasllosiano, es asimismo una prueba más del estupendo ensayista que es Alonso Cueto. Aparte del título que nos cita, pensemos también en La piel de un escritor (2014), un librazo que Penguin o el Fondo de Cultura Económica deberían reeditar.