Lo que todo devorador de poesía debe ver: “Eielson Desnudo”, el documental
El documental de Patricia Pereyra se puede ver en Prime Video y reafirma una impresión que se tenía del artista: Eielson cuidaba mucho su mundo interior. Es un buen documental.

No sé cuántas personas hayan tenido la oportunidad de ver el documental Eielson Desnudo (2014) de Patricia Pereyra. Se estrenó en la edición 18 del Festival de Cine de Lima y se volvió a proyectar el año pasado en el marco del centenario del nacimiento de Jorge Eduardo Eielson (1924 - 2006).
En la edición de La República del pasado sábado 10/05, a razón de un libro de entrevistas de Martha Canfield a Eielson, subrayábamos la necesidad de contar con una nueva edición de la poesía escrita de este autor clave para la poesía peruana del siglo XX. Incidimos en que las celebraciones de los 100 años de su nacimiento, estaban incompletas. Esta desazón ahora se refuerza más, ya que es posible ver en la parrilla de Prime Video precisamente este documental de Patricia Pereyra. No sé si sea un agregado reciente, pero aparece entre las primeras opciones del home, así lo vi en la noche del último sábado (mencionado líneas arriba). Por algo pasan las conexiones. Es algo que agradezco porque no había tenido la oportunidad de ver ese documental que muchos seguidores del artista sí.
La reconocida actriz se reunió con Eielson en la segunda mitad de 2005, en Italia: en Cerdeña y en Milán. Las primeras escenas nos muestran a Patricia Pereyra dirigiéndose a la casa de Eielson en Cerdeña y en todo momento se presenta como lo que es: una apasionada de la poética de Eielson. Como bien sabemos, la de Eielson es una poética que se nutre de diversos registros y la directora, lo agradecemos, no pretende pasar como erudita de semejante legado que sigue interpelando a los especialistas en esta obra y generando inopinables poserías.
Eielson Desnudo deja varias lecturas. En más de un tramo, Eielson hace hincapié en la espiritualidad que debe tener toda obra de arte más allá de si esta exhiba o no calidad. En todo momento se le nota sin ese peso del reconocimiento y es indudable que el budismo zen sumó en su vida y en su arte. Desde muy joven, Eielson decidió vivir hacia dentro (quizá ahí haya otra lectura de sus nudos) y ya sabemos cómo le fue tras irse de Perú en 1948.
Que este documental esté en una plataforma muy frecuentada, nos habla de una radiación, de un artista cuya poesía escrita no está disponible para los lectores desde hace rato. Por eso la desazón.