Cultural

Una película que sigue gustando: “Rojo” de Krzysztof Kieślowski

Cuando se “Rojo” se estrenó en 1994, su éxito fue inmediato. En plataformas

Irène Jacob. Fuente: Facebook.
Irène Jacob. Fuente: Facebook.

Entre las actrices que sigo y de las que me he propuesto ver toda su filmografía, sin importar el peligro de hallarme con uno que otro traspié en el camino: la francesa Irène Jacob.

Cada quien debe tener en mente la película con la cual la conoció. En mi caso, esa película es Rojo (1994) del polaco Krzysztof Kieślowski. La vi en el cineclub del Banco de Reserva a fines de los noventa. Recuerdo bien la tarde de verano en que hice cola durante dos horas con el sol achicharrando mi cara. Tenía en manos un ejemplar fotocopiado de Aullido de Ginsberg y repetía mentalmente, como si se tratara de un mantra, varios versos de aquel poema que asumí como un manifiesto personal. Era la segunda mitad de los noventa. La posería literaria en todo su esplendor. Pero era una posería más sustentada, más vital si la comparamos con la generación actual, absorbida por la virtualidad.

Rojo no es una obra maestra, pero había conectado conmigo. A lo largo de los años, la he varias veces.

De la obra de Krzysztof Kieślowski, la Trilogía de los colores es la que más adeptos tiene. Entre 1993 y 1994, filmó las siguientes películas que la conforman, en este orden: Azul, Blanco y Rojo.

Para quien escribe, e imagino que para muchos más también, las tres películas, cuyas señas nominales son un homenaje a los valores de la bandera francesa (libertad, igualdad y fraternidad, respectivamente), exhiben un alto valor estético y un mensaje moral. De ellas, Rojo resulta la preferida de todos.

Como toda película con nervio y hechizo, Rojo se presta a distintas interpretaciones. Pienso en la relación de paulatina dependencia entre la estudiante y modelo Valentine Dussaut (Irène Jacob) y el juez jubilado Joseph Kern (Jean-Louis Trintignant). En apariencia, lo de Kern pinta de pasatiempo de retorcido por andar espiando telefónicamente a sus vecinos. Valentine pasa de la actitud moralista/condenatoria a la complicidad con ese hombre mayor, cuya acción no solo termina siendo edificante, sino del mismo modo profiláctica.

Cuando se Rojo se estrenó en 1994, su éxito fue inmediato. En plataformas.