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Miguel Giusti: "Todos somos filósofos en potencia"

Miguel Giusti habla sobre la próxima Noche de la Filosofía. El evento será mañana durante en CCPUCP y el Teatro Vichama.

Filósofo. Giusti comenta la propuesta de la actividad que se realizará mañana en el Centro Cultural de la PUCP y en el Vichama Teatro. Foto: difusión
Filósofo. Giusti comenta la propuesta de la actividad que se realizará mañana en el Centro Cultural de la PUCP y en el Vichama Teatro. Foto: difusión

Miguel Giusti es filósofo y profesor especializado en ética contemporánea y sus raíces en la filosofía alemana. Además, es miembro del Centro de Estudios Filosóficos y dirige el Grupo de Investigación sobre la Actualidad del Pensamiento de Hegel en la PUCP. Ha publicado diversos libros y es el coordinador general de La Noche la Filosofía. Tiene la agenda llena por el evento de mañana, pero se hace un tiempo para recibirnos en su casa.

-Este año, La Noche de la Filosofía tiene como tema genera la guerra y la paz, en homenaje al tricentenario de Immanuel Kant. ¿Cómo recibimos hoy este tema? 

-La Noche de la Filosofía es un evento que hacemos anualmente en el que queremos discutir y reflexionar con un público amplio sobre los problemas que más preocupación causan a todos en el momento. Este año, quizás, el problema principal que está viviendo el mundo es la guerra y, por supuesto, las posibilidades de construir una paz, un proceso de paz. Kant, el filósofo que conmemoramos, es un pionero, un filósofo que ha pensado mucho sobre el tema de la paz. Tiene un libro titulado Hacia la Paz Perpetua o Hacia la Paz Duradera. Hay un juego de palabras el título con algo de ironía, en el que Kant propone ciertas condiciones para poder hallar alguna solución al problema de las guerras, que ya en su época eran también un problema grave. Entonces, este año hemos puesto el acento en el tema de la guerra y la paz, para unir o enlazar, de alguna manera, las preocupaciones actuales con la obra que todavía sigue siendo relevante del filósofo. Pero no será el único tema. Varios participantes se ocuparan de otros temas, ya que esxisten otras preocupaciones en la sociedad en este momento.

-Tu conferencia es una comparación entre Kant y Maquiavelo. Maquiavelo tiene esta carga, si se quiere negativa, para la sociedad, por emplear la inteligencia de una manera instrumental y orientada a lo individual. Es un tema muy vigente para la realidad que afrontamos en nuestro país. No sé si lo ves así…

-Sí, por supuesto. En La paz perpetua Kant se refiere explícitamente a Maquiavelo, porque este en su obra, representa un cambio, un giro en la historia de la filosofía política al plantear que la política puede ser un arte o una técnica que no dependa de la moral. Eso es lo que propone Maquiavelo, que la política es una estrategia en donde lo que prima es la eficacia del gobernante, del político e, incluso, sostiene que un buen político debería tener una moral propia, independiente de la moral ciudadana, utilizar la moral para sus fines estratégicos. Kant lo que hace es criticar severamente esa posición de Maquiavelo. Pero en la charla que yo voy a dar hay una última parte en la que trato sobre la situación peruana en donde quiero sostener que se puede ser más maquiavélico que Maquiavelo o peor que Maquiavelo, porque Maquiavelo nunca pensó que debía haber una criminalidad organizada en el poder, ni tampoco pensó en que los tiranos pueden hacer lo que quieran. Eso es algo que está ocurriendo en el mundo o en el Perú y que va mucho más allá de las tesis de Maquiavelo.

-Antiguamente, en un mundo pasado, la moralidad era principalmente guiada por instituciones como la Iglesia. Pienso que hoy la insitución ha perdido autoridad y eso ha implicado una crisis de la moralidad como orden. ¿Cómo construir una moralidad colectiva sin la ausencia de una institución o una autoridad?

-Bueno, ese es uno de los puntos también centrales de la filosofía de Kant o de su actualidad. Kant separó claramente la moral de la religión o de cualquier otra tradición cultural convencional. La moral es un asunto de la libertad y de un sistema democrático en el que las libertades pueden coexistir. Eso ocurrió en la teoría desde el siglo XVII. Por eso Hegel decía que la historia es el progreso de la conciencia de la libertad y que en la Edad Moderna la conciencia de la libertad logró concebir una concepción moral basada en principios estrictamente racionales o consensuales. Lo que pasa es que, decía Hegel, una cosa es la conciencia y otra cosa es la realidad, porque, a pesar de que en un sistema democrático deberíamos hacer conciliar la libertad individual con la moral solidaria de los seres humanos, sin embargo, existen todavía muchas formas de discriminación, de corrupción, de incumplimiento de la ley.

-¿Crees que la filosofía, la difusión o el estudio de ella pueda contribuir a combatir este tipo de sociedad o este tipo de fenómenos?

-Bueno, no sé si la filosofía puede hacerlo. Quien tiene que cambiar la sociedad es la propia sociedad o los movimientos ciudadanos. Lo que la filosofía puede hacer es ayudar a cuestionar, a reflexionar, a compartir con los ciudadanos nuevas ideas o a criticar las injusticias y las inequidades que están ocurriendo en el mundo. Aquí es importante volver a Kant, ya que se trata de un filósofo del pensamiento crítico. En su obra es fundamental, para el ejercicio de la libertad, la práctica de una crítica social, de una crítica del pensamiento. Entonces, en ese sentido, también es relevante lo que él escribe para nosotros.

-Si la filosofía puede ofrecernos ese espacio de reflexión y ese espacio de crítica sobre la sociedad que afrontamos, ¿cómo se espera que nos acerquemos a ella? Sé que eventos como la Noche de la Filosofía precismaente buscan sacar a la filosofía de la universidad. Pero creo que se requieren más espacios como este. La filosofía, al igual que las humanidades en general, o el arte, se mantiene muy alejado de las personas comunes.

-Sí, es un muy buen punto, porque la filosofía vive, yo diría internamente, una paradoja. La filosofía surge como una dimensión de la reflexión que no es patrimonio de nadie. Todos somos filósofos en potencia y a todos nos preocupan los problemas que vivimos, desde el sentido que puede tener la vida hasta el sistema social o político en el que vivimos. Esas son preocupaciones de todos, pero la filosofía, al mismo tiempo, se ha convertido en una disciplina que se ha vuelto muy especializada y, entonces, se ha alejado de las preocupaciones cotidianas, cuando, en realidad, debería existir una cercanía muy grande entre las preocupaciones de la gente y las reflexiones de la filosofía. Entonces, es verdad. Un evento como este contribuye a acercar lo que, en realidad, debería siempre estar cerca, que es la reflexión más especializada con las preocupaciones de todos. La filosofía no es ni una profesión ni tampoco, en sentido estricto, un oficio universitario, sino es un modo de reflexionar que nos atañe a todos y que podría ser practicado por todos en cualquier institución.

-Citando a Baumann, vivimos en tiempos líquidos, en los que la tecnología y el consumo de información muy rápido y efímero parecen minar el ejercicio del pensar. Atentnta contra la pausa que exige la reflexión. ¿Qué riesgos crees que supone esto?

-Bueno, es un tema muy discutido ahora dentro de la filosofía. Hay una tendencia muy fuerte a la liquidez, como dice Baumann, o a la aceleración, al avance tecnológico que impide el detenerse del tiempo, y que cambia la concepción del tiempo, y, entonces, aparecen filósofos que reflexionan sobre el tema. Es evidente, creo yo, que estamos en una crisis debida a este proceso de aceleración y de transformación del tiempo, que está ligado también al sistema económico, al sistema que impone ciertos patrones de conducta dependientes del mercado y de la aceleración del mercado. Entonces, no es un buen tiempo para la filosofía o para la reflexión, muchas veces hace falta cuestionar o detener esa aceleración a la fuerza.

-Bueno, pareciese que estuviésemos retrocediendo en cosas que ya habíamos avanzado. Volvemos a tiempos de guerra con gran intensidad, a tiempos de gobiernos autoritarios o antidemocráticos…

-Es verdad. Hace muy poco, Jürgen Habermas, que tiene ya casi 100 años y que ha marcado una pauta en la filosofía del siglo XX y del XXI, publicó un artículo en el que sostiene que el mundo en el que él creyó ya no existe, y hay un retroceso de valores, de principios, de procesos en general, que él nunca se había imaginado. Algo similar escribió Hegel al final de su vida, aunque no vivió tanto. Hay marchas y contramarchas. Corsi e ricorsi, como decía Vico. No cabe duda de que estamos, efectivamente, en un momento de retroceso. No solo desde el punto de vista político, sino también desde el punto de vista ético. Tantos derechos humanos, culturales, que ya se consideraban sedimentados en la historia, ahora son vueltos a poner en cuestión. Es un tiempo que a algunos autores llama a evocar imágenes apocalípticas. El apocalipsis es una metáfora interesante para la época porque el apocalipsis significa también la esperanza en un mesianismo. Y entonces, claro, tantos movimientos políticos de ultraderecha son como una suerte de mesianismo, por supuesto, falso, pero un mesianismo, frente a las situaciones del presente.

-Por último, quisiera escuchar tus recomendaciones en cuanto al programa que nos espera en la noche de la filosofía de este año. ¿Qué charlas recomendarías?

-Lo primero que diría es que La Noche de la Filosofía se realiza en dos sedes. No solamente en el Centro Cultural de la Universidad Católica, sino también en el Teatro Vichama de Villa El Salvador. El Teatro Vichama es un espacio de creación, de discusión y de reflexión muy activo, con un gran equipo. Allí hay una serie de charlas y performances teatrales que organiza el propio equipo de Vichama. En el Centro Cultural hay un evento fuerte, que es la proyección de la película La zona de interés, con un conversatorio que promete entre Farid Kahhat, Liuba Kogan y Chicho Durant. Tamnbién está el evento en el teatro de Víctor Krebs y Fernando Luque, una conversación filosófico-teatral, que escenificará algunos pasajes de la obra de Shakespeare. El tema general es el mal y lo demoníaco. Otro punto interesante de la noche es la sala de cine. El filósofo Eduardo Villanueva va a presentar una serie de documentales titulados El lienzo de la verdad, que tratan el concepto de verdad que está preparando Eduardo junto a un colega de Estados Unidos. Habrá también un conversatorio. Aparte de eso, tenemos un invitado especial de Colombia que es un gran especialista en Kant, Lisímaco Parra, y que participará con una charla. Hay además otra setenta charlas y actividades simultáneas que darán muchas opciones que escoger al público.