Abdulrazak Gurnah: “Se otorga poco valor a la literatura que no es europea”
Premio Nobel africano 2021 presentó en teleconferencia edición castellana de su novela “A orillas del mar”. Opinó sobre las migraciones y los refugiados, temas de sus libros.
No calló nada. Habló sobre los temas de sus libros, como la migración, el colonialismo, los refugiados, el exilio por guerra, entre ellos el caso actual de Ucrania, o por otras circunstancias. También enrostró a la Academia Sueca la miopía de no haberles dado valor en el pasado a otras literaturas que no sean europeas. El escritor africano Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2021, lanzó ayer en teleconferencia la edición en castellano de su novela “A orillas del mar”, publicada por Salamandra y Penguin Random House. Mientras llegue la edición en físico, la novela está en edición e-book.
“A orillas del mar” narra es la historia de Saleh Omar, un comerciante de 65 años que migra con un pasaporte falso a Londres. Allí conoce a Latif Mahmud, un poeta y profesor, compatriota suyo, también exiliado. Se reunirán a orillas del mar y entre ambos surgirán sucesos del pasado en que hay historia de amores, traiciones, litigios.
Por ello, una de las primeras preguntas que respondió fue cómo le marcó el desarraigo.
“El desarraigo es algo que puede ocurrir en personas cuando están a 10 o 15 kilómetros de su casa, pero yo estoy interesado en movimientos de personas más amplios, personas que tienen que abandonar sus países obligados por la guerra, la violencia. Ha sido en parte también por mi experiencia personal”, comentó.
Asimismo dijo sentirse conmovido por los refugiados de Ucrania.
“Lo que siento –aseveró– es compasión y siento lo mismo que todos sentimos. Qué más uno puede sentir cuando ve que es un ataque cruel sobre los hogares de muchas personas. Lo único que puedo sentir es que es terrible ser testigo de esto”.
Pero observó una gran diferencia entre ser refugiado de Ucrania y ser refugiado de países de la zona sur del mundo.
“A orillas del mar”. Foto: difusión
“En cierto modo, tienen cierta suerte por una razón: hay muchos vecinos que han respondido con compasión, también en muchos lugares del mundo, sobre todo los países vecinos, pero no todos los pueblos son bien recibidos así, pero desde luego solo se puede sentir tristeza al ver cómo tienen que dejar su país”, anotó.
“Pero para mí –enfatizó Gurnah– no es nada sorprendente que los países europeos muestren más simpatías por los ucranianos, son sus vecinos. Aunque no sea sorprendente, es triste este tipo de hospitalidad, este tipo de preocupación humana no siempre se extiende también a los afganos, sirios o iraquíes que aparecieron entre la frontera de Polonia y Bielorrusia, que no solo fueron devueltos después de estar expuestos allí, a la intemperie en pleno invierno”.
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Preguntado sobre qué sentía al ser africano negro y recibir el Nobel en 30 años, respondió:
“La pregunta en realidad es por qué han sido siempre los europeos o personas de origen europeo quienes los han recibido. Creo que la respuesta es obvia, porque eso expresa en cierta medida la estrechez de los valores que se otorga a las producciones literarias no europeas, que se les da un valor muy pequeñito. Y eso es así, no se puede volver atrás en la historia y que la Academia Sueca hubiera tenido que leer a más autores de otros orígenes. Miremos hacia adelante, pensemos en autores de otros lugares del mundo, quizás puedan recibir mayores reconocimientos. Creo que en cierto modo ya está ocurriendo, pero esperemos. En cualquier caso, estoy convencido de que es una expresión del provincianismo de la Academia Sueca, sobre la cual no quiera decir nada que sea crítico desde luego”.