Cultural

Chicha, el retrato de un país migrante

Visiones. El crítico literario Dorian Espezúa Salmón ha publicado Perú chicha, la mezcla de los mestizajes, un ensayo que intenta analizar el Perú como resultado de las migraciones.

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Por: Edmundo de la Sota

El crítico literario Dorian Espezúa ha publicado estudios capitales con ideas audaces sobre la obra de Efraín Miranda, José María Arguedas, Guamán Poma, Inca Garcilaso, Gamaliel Churata, entre otros. Sacudió el pequeño espacio del campo literario con su manifiesto parkinson, alzhéimer y literatura, pues en este texto desmenuza el amateurismo de los estudios literarios en el Perú.

En Perú chicha, la mezcla de los mestizajes (Planeta), su último ensayo, desarrolla la tesis: el Perú es un país chicha. Desde la perspectiva de un literato se define, explica y sustenta al nuevo ser individual y social del peruano. En esta precisión de la argumentación, resalta la idea de los tres estadios de la chicheficación que ha experimentado el país. 1. El estadio de las frutas: juntos, pero no revueltos. El migrante es segregado y marginado. 2. El de la ensalada de frutas: mezcla étnica y cultural. Ocurre el sincretismo y la superposición cultural. 3. El del jugo de frutas: se consuma la mezcla de las culturas. La hibridación de las cosmovisiones da origen al sujeto chicha.

El libro presenta diez apartados. En el 10. “Los orígenes”, una voz autobiográfica nos relata sobre su génesis familiar. En paralelo, se explica cómo Puno ha sufrido el proceso del sancochado étnico y cultural hasta su transformación, en una región de cultura chicha. En el 20. “El destino”, una voz testimonial nos cuenta los pormenores de la fundación de una barriada en la zona sur de Lima. Asimismo, se detallan las etapas del desarrollo de Villa María del Triunfo hasta transformarse, en la actualidad, en una urbe chicha.

Desde el 30 hasta el 100, se les titula como paraderos. En esta parte, se presenta el desarrollo de la cultura chicha en los diferentes campos del quehacer social. En Paradero uno. Al sujeto chicha se define como “aquel que genética y culturalmente tiene todas las mezclas y todos los mestizajes posibles sin dejar de reconocer su matriz cultural andina”. Este sujeto, además, es moderno, cosmopolita y tecnológico.

En Paradero dos, se describe la construcción del cholet: un producto arquitectónico alucinante, obra de la improvisación y conjunción de estilos disímiles. En Paradero tres, en torno a la economía, se glorifica el emprendedor informal, quien viaja a su tierra o al extranjero para presumir de su riqueza. En Paradero cuatro, se describe con un tono hilarante las características del plato de siete colores que se degusta en los huariques de Lima. En Paradero cinco, se retrata el modo de vestir huachafo. En esta línea de la moda, destacan los bricheros, la gente del espectáculo y los futbolistas.

En los tres últimos apartados, se detalla de modo enjundioso sobre las particularidades del arte chicha. Con respecto a la música se considera como el precursor a Chacalón. Y que habría alcanzado su popularidad con la propuesta de Deyvis Orosco. En la gráfica, el afiche de colores chillones se constituye en la nueva forma de publicidad efectiva, cuya estética se basa en una especie de impresionismo hiperbólico. Y, con respecto a la literatura, se sugiere que todavía no ha nacido la literatura chicha. Apenas, algunos atisbos iniciales, entre los que se podría ubicar la propuesta populista de Hora Zero. Por ende, se espera una explosión de la literatura chicha que debería exhibir como su corpus el ser un discurso des-generado que recree la sensibilidad chicha. En suma, estamos ante un libro provocador que busca explicarnos quiénes somos o cómo somos los peruanos ad portas de la celebración de nuestro bicentenario.

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