Cultural

Inti Raymi: antes de que suenen los pututos

La gran fiesta del sol. Así fueron las previas, el pasado 24 de junio, para la gran evocación del Inti Raymi. Participaron 750 personas comprometidas con nuestra tradición, con nuestra identidad. Al unísono decían: ¡Haylli Qosqo! ¡Haylli Inti Raymi!

5.00 a.m. y suena el despertador del móvil. -Cinco minutitos más, me dice Jazmín Lezama. -Hoy es el día, le digo emocionado, como el año pasado, cuando tuve el alto honor de enfundarme un fino traje para el Inti Raymi. Ella lo viste feliz, diez años consecutivos.

En el trayecto flameaban banderas tawantinsuyanas. Ya en el Qorikancha, todo era efervescencia. -Uy, me olvidé los imperdibles, ¿tienes uno?, escuché decir a una de las chicas -que se acomodaba el traje- a su amiga. La sala de las accllas estaba repleta. Hermosas, apuradas, felices.

Las t’ika t’akas se arreglaban el cabello y cuidaban como oro sus cestas llenas de pétalos amarillos que debían durar para alfombrar el camino del inka en los tres escenarios: Qorikancha, Auqaypata y Saqsaywaman.

Los pichakrunas acomodaban los tallos de muña para limpiar y perfumar el camino del máximo gobernante inka, mientras los efectivos de la Escuela de la PNP de Pucuto y los soldados de la 5ta Brigada de Montaña hacían flexiones para paliar el intenso frío.

Los músicos con sus quenas, mama quenas, quenachos, antaras, wankaras, tinyas, phuñas, ocarinas, vasijas silbadoras, entre otros, lucían orgullosos los chukos emplumados en sus cabezas. Se notaba el entusiasmo de Joel Velásquez, Ammet Cutipa, la familia Bajiyoperak y de muchos jóvenes.

Inti Raymi

Inti Raymi

Algunas mamakunas chacchaban la hojita sagrada. Los chicos del Antisuyo pintaban sus rostros, mientras en el segundo piso, el Inka, interpretado por David Ancca, y los integrantes del séquito recibían las últimas indicaciones del director de teatro, Elías Paccha. El salón retumbó con un ¡Haylli Inti Raymi! La respuesta estremeció al unísono: ¡Haylli!

-¿Qué hora tienes?, me preguntó Roy Collantes, apurado, uno de los profesores de Filigranas Peruanas, la entidad cultural que pese a tener poco tiempo para ensayar escenificó en todo su esplendor las tres importantes ceremonias del 24 de junio.

-Son las 8.55, le respondí. Roy abre los ojos, corre y lanza el grito: “Todos a sus puestos”. Se trepa en un muro y arenga a los protagonistas en el patio del Qorikancha con un ¡Haylli Qosqo! 750 voces responden con un contundente ¡Haylli!

Suenan los pututos. Empieza la primera ceremonia del Inti Raymi, se acelera el corazón.