REMBER YAHUARCANIMÍTICO. Artista huitoto, autodidacta, perteneciente al clan Aymen+, Garza Blanca. En su pintura y relatos reaparecen seres y dioses mitológicos amazónicos como una lealtad a su tierra y a sus orígenes.,Su vida, siempre ha sido remar río arriba. Desde su aldea Pebas, a orillas del río Ampiyacu, en Loreto, hasta alcanzar confines y metas que incluso no se había propuesto. Rember Yahuarcani es un artista huitoto autodidacta, perteneciente al clan Aymen+, Garza Blanca, uno de los pocos grupos sobrevivientes de la era del caucho. Vive en Lima no pocos años y su taller se halla en el corazón de la capital, en los portales de la Plaza San Martín. Allí, en sus lienzos, reaparecen personajes y situaciones de mitos y leyendas amazónicas. Como pintor de bosque adentro, no necesitó más escuela que la misma selva y la vida familiar, la memoria de sus padres y abuelos. Su arte, además de Lima, ha puesto en Argentina, Brasil, México, Ecuador, Dinamarca, Polonia, Suiza y, recientemente, en el Museo de Arte de China, en Shanghái. Asimismo, ha ganado la Segunda Bienal Intercontinental de Arte Indígena en Ecuador. En 2009 fue invitado a exponer en el Centro Cultural Recoleta, en Buenos Aires. Pero Rember Yahuarcani no solo es un artista que pinta lienzos y llanchamas –tela hecha de corteza de árboles-, sino también recrea mundos a través de su escritura, un narrador que acaso toma los dictados de sus abuelos y los espíritus del monte. Ha publicado El sueño de Buinaima, Fidoma y el bosque de estrellas y La lluvia y el verano. También ganó el Primer Concurso Nacional de Literatura Infantil y Juvenil “Carlota Carvallo de Núñez” (2010). PUEDES VER Un asháninka es oficial del Ejército por primera vez “Definitivamente, yo me debo a mis abuelos. Mi primera escuela no solamente han sido ellos y mis padres, sino también la selva, el río, la chacra, la pesca, la caza, el sembrío”, explica el pintor. Se hizo artista en clima de familia. Desde niño miraba cómo sus padres le daban forma a la madera, al barro. Asimismo, cómo algunas plantas extraídas de la profundidad del bosque se convertían en tintes con los que pintaban sus llanchamas. Nereida López, la madre, es una experta en hacer máscaras. Sus hábiles manos y con imaginación desbordada realiza verdaderos retratos de los seres del bosque. Santiago, el padre, es otro auténtico creador. Es pintor y escultor autodidacta, como Nereida, ha traspuesto el trabajo artesanal. No solo pinta y esculpe animales del monte y seres de la mitología huitota, sino también su arte está anclado a hechos y sucesos violentos que la memoria colectiva guarda. Gráfica de cómo eran explotados los indígenas en la época del caucho por la Casa Arana, del empresario Julio César Arana. PUEDES VER Tv Perú estrena mañana el primer programa en lengua asháninka “Pero mis padres y yo no hubiéramos hecho mucho si no hubiéramos vivido con mi abuela Martha López Pinedo. Ella fue nuestra verdadera maestra y guía en nuestro arte y en la tarea de mantener viva nuestra lengua y cultura”, asegura Yahuarcani. Martha López era considerada como la última guardiana del bosque. Aún recordamos cuando en febrero del 2012, llegó a Lima a recibir un premio de la Derrama Magisterial. Nos recibió en su hotel. Como anotamos en aquella vez, se había puesto una corona y aretes de plumas de aves salvajes. Una blusa negra con extraños diseños. Su falda blanca exhibía enigmas. También llevaba collares y dientes, acaso de otorongos y ronsocos. Pero, como era natural, se había puesto medias y zapatos porque así manda la ciudad. “Mi abuela no aceptaba mucho que nos llamen huitoto. Ella decía que los colonos caucheros nos habían bautizado con ese nombre, porque huitoto en realidad es una clase de hormigas grandes. Y que los caucheros, de manera despectiva, llamaban huitoto a los indígenas explotados. Y con ese nombre nos hemos quedado”, aclara el artista. Si bien Rember Yahuarcani se debe a sus orígenes ancestrales, siempre discute y polemiza sobre temas y asuntos de la Amazonía. PUEDES VER El primer programa de TV en lengua asháninka “Mi gran preocupación como artista es que todavía muchos siguen considerando el conocimiento amazónico como algo retrógrado. Pero no es así. La pintura para mí ha sido el camino para mirar y darle contemporaneidad a la selva”, arguye. Siempre está alerta, sobre todo con los científicos sociales que miran o trabajan en nuestra selva. “Las grandes empresas que explotan en la selva, siempre cuentan con sociólogos, antropólogos, quienes, en muchos casos, lo que hacen es manipular a las comunidades para favorecer a las empresas. De allí que después, un presidente como Alan García nos llame ciudadanos de segunda clase”, afirma el artista. Según Yahuarcani, muchos científicos sociales aún manejan criterios y conceptos del siglo XIX y XX. Y estamos en el siglo XXI. “El arte en los últimos 15 años ha hecho mucho más por una mirada horizontal y de respeto a los pueblos amazónicos que las ciencias sociales. En ese sentido, los artistas indígenas hemos recuperado parte de la autoestima que habíamos perdido durante siglos”, enfatiza. Los cuadros de Yahuarcani casi siempre fondo negro. Allí refulgen sus personajes mitológicos, los dioses amazónicos, algunos fieros, otros más amables, cargados de colores y de lirismo poético. “El fondo negro es la selva amazónica. El negro dentro de la mitología huitota es el primer color: la noche, la oscuridad. La mayoría de los mitos, como el de la creación del mundo, origen del hombre, origen de los alimentos, empieza a partir de ese espacio negro. Allí se empiezan a crearse las cosas”, detalla el pintor. PUEDES VER Un asháninka se graduó como oficial del Ejército por primera vez en la historia [FOTOS] Los otros colores, como el azul, celeste, rojo, verde, amarillo, que aparecen intensos en los cuadros del artista, hacen referencia al sexto cielo, donde se encuentra la casa del Creador. “Allí nunca amanece y nunca anochece. Es una atmósfera donde todo es eternidad”, enfatiza. Por eso, para Rember Yahuarcani, pintar siempre es remar hacia los orígenes.