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Ciencia

La anomalía que casi mata a los astronautas del Apolo 11 cuando volvían a la Tierra

“Teníamos solo un 50% de posibilidades de un aterrizaje exitoso”, contó uno de los astronautas de la misión de la NASA.

Los primeros hombres en llegar a la Luna casi no sobreviven al viaje de regreso a la Tierra por una falla técnica. Foto: referencial/NASA
Los primeros hombres en llegar a la Luna casi no sobreviven al viaje de regreso a la Tierra por una falla técnica. Foto: referencial/NASA

La imagen de la llegada del hombre a la Luna se recuerda como una hazaña encomiable de los logros de la humanidad. Sin embargo, la historia de los primeros astronautas en pisar el satélite, con la misión Apolo 11 de la NASA, pudo haber sido más trágica si no fuese porque los astronautas lograron sobrevivir de un grave incidente cuando regresaban a nuestro planeta.

"Debo decir que pensé que teníamos un 90% de posibilidades de regresar a la Tierra en ese vuelo, pero solo un 50% de posibilidades de hacer un aterrizaje exitoso en el primer intento", sostuvo Neil Armstrong en una entrevista de 2012 donde habló sobre el tema.

La historia, uno de los muchos detalles inéditos del programa espacial Apolo, fue sacada a la luz por Nancy Atkinson en su libro 'Ocho años a la Luna: la historia de las misiones Apolo', informa el astrofísico Ethan Siegel en una nota de Forbes. ¿Qué es lo que pasó realmente?

 De izquierda a derecha: Neil Armstrong (comandante), Michael Collins (piloto) y Buzz Aldrin (piloto). Foto: NASA

De izquierda a derecha: Neil Armstrong (comandante), Michael Collins (piloto) y Buzz Aldrin (piloto). Foto: NASA

Una falla en la nave

El plan de la NASA para el reingreso de los astronautas a la atmósfera terrestre, programado para el 24 de julio de 1969, tres días después de haber despegado del satélite, indicaba lo siguiente.

El módulo de servicio se desacoplaría del módulo de comando, donde viajaban los astronautas. El primero haría una serie de maniobras con sus propulsores para alejarse del segundo y finalmente quemarse por la fricción hasta hacerse pedazos.

Mientras tanto, el módulo de comando, viajando a 11 kilómetros por segundo y protegiendo con su escudo térmico a los tripulantes a bordo, caería íntegramente en una ubicación segura del océano Pacífico.

Sin embargo, el desacoplamiento de ambas cápsulas no sucedió tal como esperaban.

Una falla en la configuración de los propulsores del módulo de servicio causó que esta estructura no se distanciara mucho de la trayectoria del módulo de comando.

De ese modo, puso en riesgo que, durante su desintegración, los trozos resultantes impactaran con la cápsula que transportaba a los tres astronautas: el comandante Neil Armstrong y los pilotos Buzz Aldrin y Michael Collins.

Salvados por fortuna

Atkinson cita las palabras de un piloto de la NASA que volaba a 725 kilómetros de distancia vigilando el reingreso de los viajeros espaciales:

“Los veo a los dos, uno encima del otro. Uno es el módulo de comando; el otro es el módulo de servicio… Veo el rastro detrás de ellos. ¡Qué espectáculo! Puedes ver los pedacitos volando. Observe que el superior casi no ha cambiado, mientras que el inferior se está rompiendo en pedazos. Ese es el módulo de servicio que se desintegra”, señaló.

Afortunadamente, ninguno de los escombros de la nave impactó contra ella y no acabó con la vida de los pasajeros, quienes finalmente se convirtieron en los primeros hombres en viajar al satélite y regresar a salvo, junto con muestras lunares.

Más tarde, los técnicos descubrieron que la falla había estado presente en las misiones Apolo 8, 10, 11 y también en la 12.