El parlamentario de Fuerza Popular Ernesto Bustamante, en su cuenta personal de Twitter el último 19 de julio, cuestionó nuevamente la vacuna contra la COVID-19 elaborada por el laboratorio chino Sinopharm.
El nuevo congresista para el periodo 2021-2026 escribió: “No todas las vacunas COVID-19 son iguales. [...] El Gobierno Sagasti se empecina en lavar la cara de vacuna Sinopharm [...] que no es efectiva, como sí lo es Pfizer, en proteger contra infección”.
Congresista fujimorista Bustamante arremete contra vacuna Sinopharm / Fuente: Twitter
Sin embargo, es falso que la vacuna Sinopharm no sea útil para proteger contra la infección. Aunque es cierto que el preparado de Pfizer es mejor que esa en lograr ese objetivo, según estudios.
Antes de dar detalles sobre los resultados de los estudios, se debe precisar la diferencia entre la eficacia y la efectividad de las vacunas. En términos generales, la eficacia es una medida realizada durante un ensayo clínico, es decir, en situaciones controladas y con una población específica.
En diálogo con PerúCheck, la médico infectóloga Camille Webb precisó que para los ensayos clínicos “se escoge con mucho cuidado los participantes. No se incluye, por ejemplo, a personas con problemas del sistema inmune o inmunocomprometidas, tampoco a gestantes”.
En cambio, la efectividad se evalúa al momento de que una vacuna es aplicada sobre una población, “en el mundo real, con una población heterogénea, con otras afecciones, en condiciones diferentes, con variantes del virus”, explicó la especialista.
A partir de esta diferencia, prosigue Webb, es que se explica que los resultados entre la eficacia y la efectividad no sean los mismos. “En una situación real, tienden a ser menores”, anotó.
El Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington (EE. UU.) calculó los porcentajes de eficacia de diferentes vacunas contra la COVID-19, tomando datos de los ensayos clínicos respectivos. Una de las estimaciones específicas es la eficacia para prevenir la infección: Sinopharm obtuvo un 63% en este aspecto y Pfizer/BioNTech, entre el 86% y el 90%.
Tabla con porcentajes de eficacia / Fuente: Salud con Lupa
En abril, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud estimó que la eficacia de Sinopharm para evitar cuadros sintomáticos era de 73% y para evitar hospitalizaciones de 79%. Ello respecto de todos los grupos etarios.
Por su parte, la vacuna de Pfizer/BioNTech obtuvo un 91% de eficacia en prevenir la enfermedad sintomática y entre 91,3% y 100% de probabilidades de evitar la hospitalización, un cuadro severo o la muerte.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, agencia del Gobierno de Estados Unidos, el preparado de Pfizer tiene una tasa de eficacia superior al 85% y una efectividad de 95%. Las cifras de Sinopharm son menores, no obstante, sí previenen la infección.
Al respecto, Webb manifestó que “existe en relación a la vacuna de Sinopharm es que el acceso a los datos es inferior a la que se tiene de otras como Pfizer, Moderna o Johnson & Johnson, que han publicado los resultados de sus estudios clínicos en fase III en revistas grandes”.
Señaló, entonces, que la información que circula “sugeriría que Pfizer protege más contra la infección que genera la COVID-19”, pero aclaró que “es difícil comparar porque las vacunas se estudian en situaciones diferentes y específicas, con la presencia o no de variantes del coronavirus, con una población controlada, entre otros factores”.
Webb además sostuvo que la “gran mayoría de vacunas contra la COVID-19, incluida la Sinopharm, son efectivas en reducir la hospitalización y la mortalidad ya habiéndose aplicado en situaciones reales; no solo dentro de los estudios clínicos”. Expresó que “hubiera sido ideal que estas se desarrollen para evitar el contagio” de la COVID-19, pero que “ninguna se hizo con ese fin, sino para reducir la enfermedad severa y la mortalidad”.
La especialista añadió que una vacuna es capaz de evitar el contagio por completo, pero depende de diversos factores, como el grado de exposición al virus, el estado del sistema inmunológico o la edad. No obstante, destacó que, de producirse la infección, la vacuna reduce significativamente el nivel de riesgo.
En ese sentido, detalló que en países como el Reino Unido y los Estados Unidos, en los que el ritmo de vacunación es muy alto, “se siguen registrando infectados, sin embargo, la mortalidad ha disminuido, sobre todo en personas vacunadas”.
Sobre lo que ocurre en el Perú, Webb afirmó que desde que se empezaron a aplicar las vacunas, “el porcentaje de personas hospitalizadas se redujo, principalmente, entre trabajadores de salud, que fueron inoculados con Sinopharm”.
El 20 de julio el Instituto Nacional de Salud (INS) publicó una nota de prensa en la que informa que, según un estudio elaborado por este organismo, “la aplicación de dos dosis de la vacuna de Sinopharm genera anticuerpos contra el coronavirus SARS-CoV-2 [que produce la enfermedad COVID-19] en al menos el 96% de las personas inoculadas”.
El informe técnico dividió la muestra entre personas que anteriormente superaron la COVID-19 y quienes no registraban contagio, “encontrándose una mejor respuesta entre aquellos que tenían antecedente del coronavirus”. Participaron alrededor de 100 voluntarios miembros del personal de salud, que ya estaban inmunizados con el fármaco chino.
De acuerdo a la investigación, la aplicación de una dosis en personas sin antecedente de COVID-19 genera anticuerpos entre el 15% y el 31% de los analizados. Con la aplicación de la segunda dosis, ese porcentaje se eleva a entre el 96% y 99%.
En personas que habían contraído la enfermedad antes de la aplicación de la vacuna, el preparado de Sinopharm estimuló la generación de anticuerpos entre el 77% y el 82% con una dosis y el 100% con la segunda dosis.
Investigación del INS sobre vacuna Sinopharm / Fuente: Informe técnico del INS
El portal Salud con Lupa recopiló información sobre otras investigaciones que respaldan la efectividad de la vacuna Sinopharm. Uno de los estudios mencionados —aún no publicado— concluyó que 14 días después de la aplicación de la segunda dosis del fármaco chino, se alcanza el 90,9% de efectividad frente al riesgo de muerte. Además, en ese mismo periodo, se obtiene un 67,7% de probabilidades de evitar la hospitalización ante el contagio.
La investigación fue realizada por los residentes del programa de entrenamiento en epidemiología del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) del Ministerio de Salud (Minsa). Participaron más de 500.000 profesionales de la salud, “entre los que recibieron la vacuna Sinopharm y los que no quisieron recibirla por decisión propia”.
Hasta el momento, según el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (Universidad de Washington), la eficacia de la vacuna de Sinopharm para prevenir la infección de la COVID-19 es de 63%. Su eficacia para evitar un cuadro sintomático de la enfermedad es de 73% y para evitar la hospitalización, un cuadro severo o la muerte, de 79%.
Por otro lado, el preparado elaborado por Pfizer//BioNTech alcanza porcentajes más elevados que su par de China. De momento, estudios realizados a esta vacuna demuestran cifras que alcanzan y superan el 85% en las distintas categorías analizadas.
Los resultados de diversas investigaciones sobre esta vacuna estiman porcentajes que superan el 90% de efectividad para generar anticuerpos que neutralizan la COVID-19. Con las dos dosis aplicadas es menos probable contagiarse o desarrollar la enfermedad de manera grave. Por tanto, es falso que no sea efectiva contra la infección.
Fact-checking elaborado por Paola Mendieta para la alianza PerúCheck.
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